lunes, 11 de agosto de 2014

Guanahani

Lo que desconocemos es un océano en el cual está la islita de lo que conocemos, islita por demás cuya tierra no es tan firme como nos gustaría. Esa islita, metáfora del conocimiento humano, dista mucho de ser conocida por cada uno de nosotros. Habitamos –cada uno– en una pequeña parcela que creemos conocer (porque también su suelo es movedizo, por mucho que –idiotas de nosotros– estemos convencidos de lo contrario), mejor unas partes que otras, claro. Sabemos desde luego que existe un océano inmenso, pero también que más allá de nuestros limitados dominios hay bastante más extensión de tierra firme: esas cosas que no conocemos pero que estamos seguros de que se conocen, de que incluso se conocen de sobra. Si lo quiero saber, nos decimos, basta con ir allí; hoy, además, es tan fácil gracias a internet ... Sin embargo, a veces te llevas sorpresas; a veces cosas que estás seguro de que son archiconocidas resulta que descubres que están todavía, quizá para siempre, sumergidas en el océano.

Por ejemplo, yo pensaba que de los viajes de Colón se sabía, si no todo, casi todo. Y desde luego estaba convencido de que tenía que conocerse de sobra la localización exacta de esa tierra que avistó Rodrigo de Triana a las dos de la madrugada del viernes 12 de octubre de 1492, esa islita que Colón bautizó como San Salvador y que en lengua taína era, según él, Guanahani, en la que el almirante y otros más desembarcaron por la mañana para –lo primero de todo– tomar posesión de ella por el Rey y la Reina y enseguida toparse por primera vez con nativos que llegaron en mucha cantidad. Tradicionalmente, esta primera tierra americana fue identificada con la que durante mucho tiempo se llamó isla Watling (24º06N 74º29W), en las Bahamas. Éste era el nombre de un famoso bucanero británico del XVII que hizo de ella su cuartel general, en una época en la que el archipiélago estaba sólo teóricamente bajo soberanía española porque la administración colonial lo tenía tan abandonado que se llenó de escondites de piratas, dispuestos a abordar desde allí los galeones. En 1926, el primer sacerdote católico permanente en Bahamas (bajo la jurisdicción de la archidiócesis de Nueva York), que venía de un monasterio benedictino de Minnesota, convenció al parlamento local para que estableciera el nombre colombino y desde entonces la isla se llama San Salvador, oficializándola así como el lugar primigenio del Descubrimiento. En la costa occidental se localiza Landfall Park, el "sitio histórico" donde se supone que desembarcó Colón. Una sencilla cruz blanca erigida en 1956 deja constancia (muy cerca hay otra, bastante más modernilla, erigida por España con motivo del quinto centenario).

El avistamiento de la isla se haría con las carabelas a unas dos leguas al noreste, así que lo probable es que se aproximaran de noche hacia la punta más septentrional y fueran costeando por la costa norte y luego por la occidental hasta llegar a la bahía de Fernández (Long Bay), si es cierto que desembarcaron donde se conmemora (Amañaron todas las velas, y quedaron con el treo, que es la vela grande sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes, que llegaron a una islita de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahaní). Según el Diario del Almirante (versión de Bartolomé de Las Casas), el viernes y el sábado lo pasaron atracados y el domingo "en amaneciendo mandé aderezar el batel de la nao y las barcas de las carabelas, y fui al luengo de la isla, en el camino del Nordeste, para ver la otra parte, que era de la otra parte, del Este que había, y también para ver las poblaciones ..." O sea, que en botes bordearon la isla por el lado que no habían visto a su llegada, remando hacia el Sur, doblando Sandy Point, costeando la cara meridional (French Bay), girando hacia el noreste entre los pequeños cayos y llegando al menos hasta la laguna (o albufera) de Pigeon Creek, sin atreverse a entrar aunque desde tierra les llamaban los nativos porque "mas yo temía de ver una grande restinga de piedras que cerca toda aquella isla alrededor, y entre medias queda hondo el puerto para cuantas naos hay en toda la Cristiandad, y la entrada de ello muy angosta. Es verdad que dentro de esta cinta hay algunas bajas, mas la mar no se mueve más que dentro en un pozo". Transcribo estos textos del Diario para que se vea que cuadran con la realidad geográfica de la actual San Salvador; en efecto, la entrada a la laguna de Pigeon Creek es angosta y el Almirante no quiso arriesgarse a encallar (hoy en ese paraje entre manglares, hábitat de altísimo potencial ecológico, está un centro de kite-surf considerado uno de los mejores para la práctica de este reciente deporte).

Como decía, que Watling era la Guanahani de Colón se aceptó sin apenas reparos hasta el XIX, siendo el texto canónico la Historia del Nuevo Mundo publicada en 1793 por Juan Bautista Muñoz, el más ilustre americanista de la época y uno de los padres del fundamental Archivo General de Indias. Mucho más recientemente la tesis se confirmó y popularizó entre los anglosajones gracias a la biografía de Colón escrita por el almirante de la Marina norteamericana Samuel Eliot Morison, que le valió el Pulitzer en 1943. Sin embargo, desde mediados del XIX y hasta fechas recientes, fueron apareciendo propuestas de otras primeras tierras; si se consideran todas las islitas que alguna vez han sido mencionadas nos encontramos con que Guanahani pudo ser cualquiera de todas las que conforman la "primera línea" de las Bahamas cubriendo una latitud entre los 25 y los 21º N (véase ilustración supra). Cada una de estas localizaciones cuenta por supuesto con su argumentación, no pocas veces más ajustada al deseo que al análisis frío de las fuentes que describen ese primer viaje (empezando por el Diario) o a otros datos científicos. Pero, en todo caso, no deja de ser un entretenimiento muy propio de estas fechas, cotejarlas una a una y sacar conclusiones propias. En todo caso, de todas estas opciones la que tiene más fuerza como alternativa es la de Cayo Samaná, conclusión de una profunda investigación apoyada en un programa de ordenador (Columbus Research Tool) y publicada en noviembre de 1986 por la National Geographic. Hubo (y sigue habiendo) controversia y además con vehementes discusiones, sobre todo por parte de quienes participaron en el proyecto, arrogantes y despectivos frente a sus críticos. Sin embargo, pese a la seguridad de esos investigadores y aún pendiente de leer su trabajo, me cuesta creer que Cayo Samaná, una islita deshabitada bastante más pequeña que la de Watling situada unos 120 km al sureste de ésta, sea Guanahani. Ni su orientación (Este-Oeste) cuadra con la descripción del recorrido en barcas del domingo 14 de octubre, ni tiene ninguna laguna interior con capacidad para albergar los barcos de la Cristiandad. Aún así, la wikipedia considera a Cayo Samaná como la "candidadta" más probable (junto con Cayos Plana, todavía más al sureste).

Hay que tener en cuenta que la duda sobre la isla colombina de San Salvador se traslada a las tres siguientes que bautizó el Almirante: la de la Concepción, la Fernandina y la Isabela, etapas intermedias en ese primer viaje hasta su llegada a Cuba (Juana), destino que no parece suscitar ninguna duda. La segunda isla a la que Colón arribó el lunes 15 a mediodía, distaba de San Salvador unas siete leguas al Oeste; tradicionalmente se ha considerado que esta segunda isla es la Concepción o, quizá más probablemente, Cayo Rum, aunque ambas, más que al Oeste están al suroeste de la Watling. En la hipótesis de Cayo Samaná, a distancia similar y también con rumbo suroeste, Colón se habría encontrado con la isla Crooked, bastante más grande que las dos anteriores. Luego, el martes 16, se dirigió hacia el Oeste para llegar a una isla grandísima orientada noroeste-sursudeste a la que bautizó como Fernandina en honor al soberano de Aragón; no parece haber muchas dudas de que se trata de la actual Long Island. El viernes 19 de octubre, después de haber rodeado Long Island, puso rumbo hacia el Este hasta toparse con otra isla más a la que llamaría Isabela y que, por distancias y rumbo, tendría que ser Crooked. Desde allí saldría el miércoles 24 para arribar a la costa oriental de Cuba. Es decir, si Guanahaní es Watling no hay demasiada dificultad en contar tres islas más hasta llegar a Cuba; en cambio, si es Cayo Samaná las etapas intermedias se presentan muy problemáticas.

El asunto, naturalmente, da para muchas elucubraciones, además de exigir tiempo y ciertos conocimientos de marinería e históricos que a mí me faltan. A quien le interese, no tiene nada más que indagar en la red para encontrar multitud de escritos sobre el asunto, en los que contemplan las más variadas hipótesis, entre ellas la nada desdeñable de que Colón hubiera mentido en sus anotaciones (para evitar conflictos con Portugal por haber pasado por sus aguas). Como sea, acabo como empecé y es diciendo que algo que creía que estaba más que establecido es todavía cuestión por dilucidar, terra incógnita por aflorar del océano de nuestra ignorancia.

 
America - Tracy Chapman (Where You Live, 2005)

4 comentarios:

  1. En su día yo también me interesé por el tema, bueno, quiero decir que indagué, porque interesarme, como tantas otras cosas, me sigue interesando. Pero llegué a una sola y lastimosa conclusión clara y a muchas más dudas que antes sobre algo, como bien dices, que entonces creía bien sabido (y pasa con tantas otras cosas). A lo que llegué es que el libro de bitácora de Colón se ha perdido y la única evidencia disponible se encuentra en el resumen realizado por Bartolomé de las Casas.(Ignoro las copias de copias del relato y las cartas, del hijo de Colón, de López de Gomara.. etc).La candidata más probable, opino, sigue siendo Waytling/San Salvador, me parece, pero si se tienen en cuenta posibles desarreglos de la brújula, derivas de las corrientes marinas y de la declinación magnética… se multiplican las candidatas. Esa parte de las Antillas que son las Bahamas tienen montones de islitas la mayoría planas, arboladas y con laguna en el centro,entre Cuba y Florida, por ahí fue, "sólo" son unos cientos de islas, islotes, cayos… así que quizás no se sepa con certeza nunca cual fue la primera. Muy completa tu indagación, dentro de tus posibilidades has sido puntilloso y exhaustivo (Quizas debamos tomar un barco desde tu tierra actual e ir para allá para aclararlo -otros lo han intentado- y a ver que encontramos por la misma latitud de El Hierro, más o menos)

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  2. Unos pocos grados más al Sur de El Hierro. Aunque te la agradezco, declino tu propuesta, Lansky, que no soy nada marinero. De todas maneras, tampoco probaría nada, sería demasiada casualidad que llegáramos a la misma islita a la que arribó Colón. Por cierto, esa travesía la realizaron los defensores de Cayo Samaná en los 80 con su programa de ordenador basado en las entradas del Diario del almirante en versión De las Casas (fue su argumento fundamental). También la han hecho muchos otros, desde luego.

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  3. Hasta yo la he hecho, en un Bergantín goleta de época amtriculado en Hamburgo, en el 89 o el 90, no recuerdo bien. Pero sólo en su primer tramo -je-je. de Punta Umbría en Huelva a Gomera

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  4. Interesante asunto, sin duda. Recuerdo que hace unos años, el ministerio de Italia anunció haber descubierto la famosa cueva donde fueran criados Rómulo y Remo... En realidad, era una broma que nuestros torpes periodistas redactaron fatal: lo que se encontró fue una cueva en la que había evidencias del culto a Rómulo y Remo, esto es, el lugar donde habría ocurrido, según los romanos.

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