miércoles, 28 de septiembre de 2016

El decimoséptimo hombre

Un whatsapp de Susana hace dos días. Me sorprende, claro, ¿cuántas veces hemos hablado? Ninguna confianza y me contacta, necesitamos tu apoyo, dice, no se puede seguir así. No son asuntos para el teléfono, ya hablaremos, contesto. Mañana te llama J. Tardo un poco en caer, ah, vale, fin de la conversación.

Anteayer casi no dormí, daba vueltas repitiéndome la misma pregunta: ¿qué pretende ésta? O los que están detrás de ella. La respuesta era obvia: cargarse a Pedro. Ya, sí, pero ¿cómo? Y a mí, ¿para qué me necesitan? No soy ni de los que lo apoyan ciegamente ni de los que están en su contra. ¿Querrán que medie?

Ayer, en efecto, me telefoneó J. Quedamos en el quiosco junto al parque. Lo vi muy viejo y muy gordo, muy aletargado además. Uno de los políticos más astutos, más maquiavélicos de la edad dorada, en los inicios de la autonomía, yo estaba en la universidad cuando lo conocí, cómo me impresionó su viveza, su inteligencia, a los pocos días de ese encuentro en la Facultad me afilié, el año que viene se cumplirán cuatro décadas.

J. me habla de parte de Felipe, la autoridad moral, lo acepto aunque a veces dude de a quién sirven. Pedro ha perdido el juicio, me dice, va a hundir al país y al Partido. Es capaz de aliarse con Podemos sólo por no dar su brazo a torcer, por instalarse a toda costa en Moncloa. Pero, cuestiono, tiene el deber de intentarlo, el rechazo a Rajoy es muy mayoritario. No seas ingenuo, a estas alturas ya da igual cualquier alternativa, Pedro está quemado y ya no ofrece confianza. Su única oportunidad era recuperar el liderazgo propio y algo del prestigio del PSOE desde la oposición; y la ha desperdiciado.

No quieren que medie, ya no tiene sentido, piensan que el Secretario General y su círculo íntimo están enrocados, ajenos a la realidad. La única solución es que más de la mitad de la Ejecutiva dimita y así, según los Estatutos, queda cesado de su cargo y se constituye una gestora. Los estatutos no dicen eso exactamente, pero J. no me ha dejado argumentarlo, pareciera como si, en el fondo, todo este asunto no le importara. Has de poner tu firma junto a los otros dieciséis compañeros que ya lo han hecho; la necesitamos porque contigo las vacantes serían la mitad más uno.

Maldita la hora en que acepté formar parte de esta Ejecutiva. Nunca en la historia del Partido un Secretario General ha sido expulsado por su propia Ejecutiva, y para colmo, Pedro ha sido elegido en primarias. Sí, es verdad que está llevando al PSOE a la ruina, que es imposible que forme gobierno y que será culpable de unas nuevas elecciones y de que perdamos todavía más votos. Pero, ¿no hay otra forma de cambiar el rumbo? Ya imagino a los de Podemos (y no solo) acusándonos hasta de golpistas, de contradecir a nuestras propias bases. ¿Y las heridas que dejará este acto? ¿Cuánto tardaremos en recuperarnos?

Otra noche sin dormir. Sudaba a ríos en la cama, picores por todo el cuerpo, hasta que a la cuatro me levanté definitivamente. Demasiada ambición, demasiada soberbia. Llevo ya demasiados años en política como para no saber que son notas características, casi omnipresentes. Sin embargo, aún me cuesta entender que impulsen a algunos, a casi todos, a sobrepasar cualesquiera límites, quizá porque yo no soy así. Renuncié a pelear por la primera línea en la región pese a que podía exhibir mas méritos que el resto. Pensé que desde la Ejecutiva podría colaborar discretamente a recuperar al Partido. Y ahora esto.

Haga lo que haga, traicionaré. Traiciono las reglas no escritas del PSOE, de la democracia, de mi compromiso personal implícito. O traiciono mi lealtad al Partido, a España incluso. Y haga lo que haga, se interpretará que obedece a un cálculo ventajista. Siempre he sido indeciso, odio que me fuercen a decidir. A los tibios Dios los vomitará de su boca, eso está en el Apocalipsis, creo; muy adecuado, vivimos los socialistas un apocalipsis. Son las diez de la mañana, estoy a punto de salir para el aeropuerto, voy a Madrid, les he dicho que sí, ya tienen su decimoséptimo hombre.

  
Little acts of treason - Carlene Carter (Little Acts of Treason, 1995)

17 comentarios:

  1. Que el protagonista de tu post se consuele, da igual que dimita o no, Pedro se ha agarrado a su puesto y ni con diecisiete dimisiones ni con ciento setenta parece dispuesto a soltarlo. O pasan directamente al empleo de la dinamita, o tienen Secretario General para el -poco, me temo- tiempo que les quede.

    Personalmente me bastó oir, la primera vez que lo hice -no ha habido muchas más desde entonces, procuro cambiar de emisora o de canal cada vez que temo su aparición- el penoso tono de énfasis justiciero prefabricado con el que declama sus huecas trivialidades para comprender que, contra lo que me había hecho pensar su antecesor, el PSOE podía caer más bajo todavía. Sinceramente creo que marca el cero absoluto. Es la buena noticia, psoecialistas: después de esto es imposible que bajéis más. No hay a dónde.

    La categoría del individuo es tal que no creo que pueda siquiera considerársele como el causante de la ruina de su partido. Ni a eso llega. Es, creo, solo un síntoma inequívoco y definitivo, una especie de demostración irrefutable de que la ruina llegó hace ya tiempo. Un partido que ha nombrado Secretario General a alguien como él es necesariamente un partido que lleva ya mucho tiempo en la miseria intelectual, ética y humana.

    El PSOE perdió la S y la O hace ya años, creo que con el amigo Felipe, dignamente sucedido por ese Rubalcaba que siempre me pareció una estupenda imitación de José Mota imitando a Rubalcaba. (Pero, con todo, ambos conservaban una cierta apariencia de dignidad intelectual, si no otra cosa). Zapatero se aplicó, con su indecisa torpeza sonriente, a erosionar también la E, de la que apenas quedan vestigios. Este sujeto de ahora parece claramente dispuesto a acabar con lo queda de E y con la propia P.

    Detesto al PSOE desde los tiempos de la cal viva y Mister X. Creo que lo voté por última vez en los ochenta, y desde entonces que no ganara el PSOE ha sido lo único que conseguía consolarme un poco de que ganara el PP. Pero a pesar de esta fobia cuasi visceral que me inspira, comprendo que la ruina de este partido no es solo mala para sus santones, paniaguados y paniaguadillos. Ni siquiera solo para sus pobres -incomprensibles pero pobres- militantes de base, ni para sus desnortados, coontradictorios y confusos votantes. Es malo para toda España que, ahora que IU ha sido devorada por Pablito y acólitos con las vergonzosas complicidades de Garzón y Anguita, entre otros, no vaya a quedar más izquierda española que las huestes podemitas. Es tan malo que, si pudiera, me haría de derechas para tener un poco de paz de espíritu. Pero, claro, no puedo. Tengo que pensarme más en serio lo de hacerme lama tibetano.

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    1. Menuda diatriba, Vanbrugh, qué pasión. He de reconocer que comparto bastante lo que dices, aunque quizá en un tono emocional algo menor.Por cierto, lo de Rubalcaba imitando a José Mota imitando a Rubalcaba me ha parecido genial y desopilante.

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    2. Siento el apasionamiento, que en general trato de evitar. Anoche me cogió tu post con la guardia baja. Hablo muy poco de política -por lo de la paz de espíritu que decía antes- y así me pasa que, cuando cojo el tema, me sale todo junto lo que llevaba semanas sin querer decirme ni a mí mismo.

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  2. En la democracia -en concreto en lo de que sean los votantes quienes tomen las decisiones- creen muy pocos, aunque todos aseguran hacerlo. Lo malo es que, en efecto, al PSOE le van a sacar los colores (ya lo están haciendo los superdemócratas de Podemos). En fin ...

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  3. Lo de que sean los votantes quienes tomen las decisiones es un buen deseo que en la práctica solo puede cumplirse de modo muy aproximado. Para intentarlo, encauzando y formulando esa nebulosa voluntad de ese nebuloso concepto, "los votantes" (¿Qué votantes? ¿Los que votaron al PSOE la última vez? ¿Los que a lo mejor le votan la próxima? ¿Todos, le voten o no?) es para lo que en teoría se han dispuesto todos esos mecanismos, congresos federales, ejecutivas, comisiones, secretarías generales... que en la práctica son el partido. Si se ha llegado a encabezarlo a través de esos mecanismos, no se puede de repente decidir que ya no valen y que no puede haber más democracia que la directa. Las mínimas decencia personal y coherencia intelectual obligan a Sánchez a tenerse por destituído, le parezca mal o bien el procedimiento por el que se le quiere destituir. Pero era evidente para muchos desde hace año y pico, y creo que debe serlo para todos ahora mismo, que el individuo no llega, en cuestión de decencia personal y de coherencia intelectual, ni a los mínimos.

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  4. Pues me ha hecho gracia, Estuve hablándolo con un amigo y llegamos a la conclusión de que deberían hacer una farsa llamada La muerte de Pedro Sánchez (o mejor todavía, L mrt d Pdro Snchz).

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    1. Vaya, Ozanu, qué poca sensibilidad con las angustias ajenas. Me refiero a las del miembro dimisionario de la ejecutiva del PSOE que protagoniza este post :)

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  5. Tengo la impresión de que a Pedrito no le vas a votar ni tú ni nadie en las próximas elecciones. Al candidato del PSOE ya veremos quién le vota, pero a Pedrito...

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  6. En efecto, Joaquín, casi todos los dirigentes del PSOE leen este blog. No sé por tanto si no eres un poco imprudente con ese comentario, recuerda que la sombra de FG es alargada.

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  7. Me hace gracia la inquina de Vanbrugh hacia Pedrito, supera a la que le tiene al PSOE en su conjunto (y esta por buenas razones). La verdad es que el chico no da para mucho y le han tocado tiempos difíciles. El PSOE estaba mal acostumbrado a no tener a su izquierda nada más que un grupito residual y ahora tiene a todo un Podemos con su populismo y lo que se quiera, pero nada de residual, ha venido para quedarse (no estoy tan seguro por la derecha, del destino de Ciudadanos, que igual desaparece como el efímero UPyD). Luego está la crisis de las socialdemocracia europea, la del que el PSOE es poco más que una nota a pie de página. Finalmente, los partidos, aparte de ser los vehículos o instrumentos de la democracia parlamentaria son aparatos de poder, centros de empleo a los fieles, mafias en el peor de los casos y, por lo que veo ahora, nidos de leguleyos que actual como si de sociedades mercantiles se trataran. Si Pedrito fuera el problema (y ya sé que no es parte de la solución) esto tendría arreglo, pero no, lamentablemente no. Una reflexión dedicada a Vanbrugh y en favor lateral del guapo inane: yo me alío en la facción (Caso de que sea necesario aliarse) donde no esté Felipe González, aparte de que me parece una maniobra torticera lo de las 17 dimisiones y de que la folclórica andaluza aún me cae peor que Pedrito. Si un comité federal aprobó el no, que un comité federal, interpretaciones de reglamentos y estatutos al margen, apruebe la abstención, que en el fondo de eso se trata, y entonces el PSOE sí que acabará de hundirse, porque, Vanbrugh, los que votaron al PSOE en su última elección, te lo aseguro, no lo hicieron para investir a Rajoy.

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    1. Desde luego que los votantes del PSOE no le votaron para que invistiera a Rajoy. Ni para que pactara con Ciudadanos. Ni para ver en el gobierno, aunque lo presida Sánchez, a Rivera, a abertzales o aseparatistas catalanes. Todos los votantes votan a su partido con la idea de que llegue a ser el que mande (por eso, dicho sea de paso, me hacen tanta gracia los anatemas contra las mayorías absolutas... de los demás. La de los propios le parece de perlas a todo el mundo).

      Pero la democracia, además de este propósito legitimísimo de ganar las elecciones, incluye también el respeto a lo que salga. Si se ha sacado un triste resultado de ochenta y cinco diputados, hay que aguantarse, y ver lo que se puede hacer con él... y lo que no. Y si no se puede formar gobierno -y no se puede: el comité federal aprobó el no a Rajoy, pero aprobó también el no a los independentistas; y Ciudadanos ha dejado claro que con Podemos no va ni a coger billetes de quinientos- entonces hay que renunciar a hacerlo, y permitir que lo forme quien pueda. Eso es cierto aunque lo diga el siniestro González. Nada me molesta más que coincidir con ese tipejo, pero no está en mi mano cambiar el hecho de que es menos imbécil que Pedrito.

      Empecinarse en un "no es no" sin alternativas es una huída imbécil hacia adelante, de Sánchez y de todo el que con él lo mantenga, más suicida para el PSOE que abstenerse ante Rajoy, porque saben muy bien que "delante" no hay nada, más que un despeño en el que el PSOE seguirá la triste suerte de IU. Y si no lo saben, peor aún. Tienen la obligación de saberlo.

      Todas estas consideraciones aparte, sí es cierto que hay algo de irracional en mi inquina contra Sánchez. Siempre me ha pasado, supongo que es un defecto, que aguanto mucho peor a los tontos que a los malvados.

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    2. Llevas razón. El PP ha ganado las elecciones, que forme gobierno si puede, pero no veo por qué tiene que ayudarle en eso el PSOE.

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    3. A lo mejor porque más vale que lo forme ahora, con una mayoría precaria y sometido al control de una oposición fuerte, que que lo forme después de unas terceras elecciones en las que, viendo cómo han ido las anteriores y cómo están las cosas, no me extrañaría nada que rozara otra vez la mayoría absoluta. Por ejemplo.

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  8. Hombre, imaginarlo claro que puedo imaginarlo. Sin mucho esfuerzo, he visto en los periódicos cosas bastante parecidas a las que propones, referidas a la Grecia real de hace un par de años. Por ejemplo.

    Y en los periódicos de ahora mismo estoy viendo cosas que no me habría imaginado nunca más que como noticias de El Mundo Today.

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  9. Me parece importante leer lo que tiene que decir sobre la cuestión un socialista decente. Nicolás Redondo hoy en El Mundo.

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    1. Magnífico artículo el de Redondo (artículo redondo, habría que decir). Muchas gracias por el aviso.

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