Rockeros adolescentes (italoamericanos) hoy olvidados
Remontémonos a los tres o cuatro años finales de la década de los cincuenta, cuando en los Estados Unidos unos cuantos chavales jugaban a inventar una musiquilla muy rítmica y bastante elemental que sería el rock’n’roll. Canciones cortas de letras tontas, las más de las veces compuestas a toda velocidad por profesionales, dirigidas a adolescentes como ellos, sobre todo colegialas de los highschools que querían enamorarse y no tenían edad para angustiarse con la destrucción atómica del planeta. De esa época sobreviven aún los grandes nombres. Elvis, claro está, el más famoso, pero también Neil Sedaka, Paul Anka, Frankie Avalon, los Everly Brothers, Bobby Darin, Roy Orbison, Ricky Nelson, Ritchie Valens y también Cliff Richard, quien con Los Shadows popularizó este estilo en Gran Bretaña. Pero además de ellos, hubo muchos otros, la mayoría de corta carrera y de cuyos nombres hoy apenas queda recuerdo, aunque reconozcamos las canciones que en su día popularizaron. Mencionemos a tres de estos olvidados que tienen en común sus orígenes italianos.
The shape I'm in - Johnny Restivo (1959)
Johnny Restivo, ¿a alguien le suena este nombre? Con ese apellido queda claro que era de origen italiano; lo cierto es que nació en el Bronx el 13 de septiembre de 1943 y que, que yo sepa, sigue vivo a sus setenta y dos, probablemente en Florida, dedicado sobre todo a jugar al golf. Más de uno, sin embargo, reconocerá la canción que le catapultó –brevemente– a la fama; Johnny tenía quince añitos cuando, en 1959, grabó para Víctor RCA su primer single en cuya cara A sonaba ”The shape I’m in”. Buena aceptación (llegó al número 80 en la Billboard) e incluso fue nominada a los Grammy (se lo quitó Bobby Darin). De paso, ¿saben quién tocaba la guitarra en esa grabación? Un tal Jerry Landis, que no es otro que Paul Simon, entonces con dieciséis añitos, pero ya componiendo y haciendo pinitos musicales, tanto en solitario como con su amiguete Art Garfunkel (el duo por entonces se hacía llamar Tom&Jerry). Pero dejemos a Simon, que es una de las figuras señeras de la música popular reciente, para recuperar la memoria de nuestro olvidado Johnny. Naturalmente, como tantos otros, era un producto envasado por la discográfica para consumo de las escolares de los highschools estadounidenses; otro italoamericano, éste para las hijas de las mamás que adoraban a Sinatra. Y qué mono era y lo bien que quedaba fotografiado en ropa de baño, erotismo vintage para adolescentes. Lo suficiente para grabar algunos pocos temas más y, todavía un crío, embarcarse en giras por el extranjero. Primero a Australia, donde su ”The shape I’m in” había llegado al octavo puesto de las listas, y de allí a Chile, Argentina y Brasil, países en los que llegó a tener en esos primeros sesenta programas de televisión. Saltaría en 1963 a Sudáfrica y dos años después a Londres; más tarde a Israel, Italia, París, y así nos ponemos en 1967 y su vuelta a los USA: el chico ya tiene veinticuatro años y se ha pasado ocho dando tumbos por el mundo. Continuaría de trotamundos –sacando jugo suficiente de su éxito adolescente para ganarse la vida pero desde luego sin pintar nada en el panorama musical ni en la evolución del rock– hasta 1981 en que parece que montó una tienda de muebles. Entre tanto le había dado tiempo a casarse (y divorciarse) cuatro veces y engendrar tres retoños. Por cierto, la RCA española distribuyó en nuestro país cuatro sencillos del Restivo adolescente, en el 59 y en el 60 (abajo pongo las imágenes). Supongo que animarían los guateques de aquella época en una España gris pero con el régimen dispuesto a “modernizarse”; no lo sé, yo era un bebé.
Oh Julie - Sammy Salvo (1958)
Otro del que casi nadie habíamos oído hablar es Sammy Salvo, nacido en 1932 en Birmingham, Alabama, bajo el nombre de Salvatore Anselmo. Muy poco, casi nada, he conseguido averiguar de su vida. Ya habría acabado de largo la highschool cuando consiguió que Joe Rumore, el más prestigioso conductor de programas radiofónicos musicales locales, le emitiera dos de sus composiciones y, además, lo patrocinara en giras por el Estado. Rumore incluso le produjo un sencillo en el estudio de grabación que había montado en su tienda de discos de Birmingham. Calculo que sería hacia 1957 (Salvatore ya no era un adolescente aunque la música que hacía iba hacia ese mercado) cuando, también gracias a los contactos de Rumore, le hacen llegar una demo al gran Chet Atkins (quien ya por entonces era unánimemente admirado) y éste, al cabo de unos meses, lo llama a Nashville para que firme un contrato con la RCA. Así, durante el 58 y el 59 saldrían al mercado casi todos sus éxitos, incluyendo los dos que había grabado en Birmingham (Lonely dreamer y One little baby); pero el que más fama le dio e hizo que se le augurase una larga carrera fue el meloso Oh Julie que subo a este post. En fin, que el chico prometía y empezó a hacer giras por los estados sureños y a acumular su propio hatajo de admiradoras, una de las cuales –se llamaba Carol Park– debía ser tan insistente que hubo de dedicarle una canción cuyo título (Don’t cast your shell on me) parecía sugerirle que pasara de él; no obstante, en 1961 se casó con ella. En el 60 finaliza su contrato con la RCA y su estrella comienza a declinar. Aguantará unos años recorriendo Alabama como animador de fiestas locales hasta que, en los primeros años de su treintena, se convencería de que no le quedaba mucho que rascar en el music business. Así que con su hermano abrió un negocio para abastecer de carne a restaurantes. Fin de la historia.
I wonder why - Dion & The Belmonts (1958)
La tercera y última reseña de este post la dedico a Dion DiMucci y su grupo Dion & The Belmonts, otros italoamericanos, también del Bronx, como Restivo. El chico nació en 1939 y desde muy pequeño acompañaba a su padre Pasquale en sus actuaciones de vaudeville, así que las aficiones artísticas le venían desde siempre. Empezó a demostrar sus dotes, especialmente vocales, en las calles y pequeños clubes del barrio, y ya con solo quince años le hicieron grabar un primer sencillo con una banda de estudio que alcanzó cierto éxito local. Pero el chaval prefería juntarse con sus colegas, de modo que con otros tres italianos que vivían cerca de la avenida Belmont (conocida en esa época como la Little Italy del Bronx) formó una banda a la que denominaron, justamente, Dion and The Belmonts. El grupo se adscribe al estilo que se ha dado en llamar doo wop que, para que nos entendamos, corresponde a esas cancioncillas, casi siempre de corte romanticón, en que detrás de la voz principal hay otros haciendo dudús y uauás en distintos tonos vocales. Por lo visto, aunque la tontería había sido un invento de los negros –como casi todo en la música popular estadounidense– para la segunda mitad de los cincuenta tenía un considerable éxito entre los adolescentes blanquitos que se pasaban ensayando arreglos para ligar con las chavalas de los institutos. En fin, el caso es que Dion y sus amigos, después de algunos sencillos que pasaron sin pena ni gloria en 1957, fichan a principios del 58 por Laurie Records y graban el que sería su primer éxito, I wonder why, que llegaría al puesto 22 de la Billboard y les abriría el acceso a la televisión nacional. Luego unos cuantos hits más (No one knows,) y cada vez más populares, tanto que fueron invitados a participar en el tour Winter Dance Party por el Medio Oeste americano con los más grandes del momento: The Coasters, Buddy Holly, Bobby Darin, Ritchie Valens and The Big Bopper. Cuando el 2 de febrero Buddy Holly decidió alquilar una avioneta para volar hasta el próximo concierto, Dion no quiso pagar el precio y prefirió ir hasta Fargo por las heladas carreteras en el autobús escolar que estaban usando. Eran 36 dólares, la misma cantidad que pagaban sus padres con grandes esfuerzos por el alquiler de la casa familiar en el Bronx. Fuera por remordimientos o por tacañería, su negativa le salvó la vida porque al día siguiente el aeroplano se estrelló muriendo Buddy Hollie, Ritchie Valens y Big Bopper (el día que murió la música, como acuñó Don McLean en su conocida American Pie). La tragedia no impidió que Dion con sus Belmonts siguiera escalando puestos en las listas con sucesivos temas durante ese 1959: A teenager in love que llegó al 5º y Where or When que fue número 2. Pero en el 60 las cosas empezaron a torcerse: Dion tuvo que hospitalizarse para tratarse su adicción a la heroína que arrastraba desde adolescente y las diferencias económicas y musicales con los Belmonts se agudizaron. Parece que Dion quería tirar más hacia el rock y los otros, así como la discográfica, preferían seguir explotando los estándares vocales pop, que a nuestro chico ya empezaban a abirrirle. A partir de entonces, aunque Dion DiMucci ha prolongado su carrera prácticamente hasta la actualidad (su último álbum, Tank Full of Blues, es de 2012) nunca ha vuelto a la primera plana de la popularidad musical.
No sé qué me pasa hoy: el título lo entendí rockeros "latinoamericanos", así que supuse que hablarías de gentes como Enrique Guzmán o Los 007, aunque ninguno de ellos ha sido precisamente olvidado. Y luego, y esto ya es más preocupante, leí que Sammy Salvo abastecía de carne "humana" a restaurantes...
ResponderEliminarEn fin, que la entrada es realmente interesante y las grabaciones muy dignas. Hay muchos músicos de aquella época que merecen ser rescatados, como unos tales The Country Dudes que descubrí hace poco cuyo "Have A Ball" está a la altura de cualquier tema de Elvis o de Gene Vincent de aquellos tiempos.
"I Wonder Why" la cantaban Nicolas Cage y su grupo en "Peggy Sue Got Married".
En efecto, creo que merece la pena "revisitar" esos tema solvidados y rescatar a los músicos de esa época. El "I wonder why", cuando lo he escuchado recientemente por Dion, lo reconocí, pero desde luego desconocía al autor. He visto la peli que citas, y ahora que lo dices me acuerdo en efecto de la escena de Cage y sus colegas cantando esta canción. Compruebo en internet y es justamente la interpretada por Dion y los Belmonts.
EliminarLa historia de Sammy Salvo es igual a la de los Héroes de "O brother where art thou" en su encuentro con Mr. Lund. Es Homero que se repite, como el ajo.
ResponderEliminarChofer Fantasma
La humanidad se repite desde los griegos, ciertamente.
EliminarGente curiosa, muy de su época, y músicos mediocres
ResponderEliminarHombre, no seas tan duro que tampoco eran tan mediocres. Muchas veces, el que unos tuvieran continuidad (y éxito) y otros fueran olvidados dependía poco de sus dotes musicales.
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