Lima
Me acabo de levantar porque no consigo conciliar el sueño. En la cama me venían montón de ideas a la cabeza, visitantes intempestivas ajenas a mi voluntad de sueño. Entre ellas, recuerdos de Lima, ciudad en la que habité entre el 75 y el 81. Sé porqué vienen ahora estos recuerdos: hay un algo que los convoca y hay una disposición de ánimo. El convocante: el libro que actualmente leo; la disposición de ánimo: la provocada por ejercicios vespertinos de evocación. El caso es que el autor a quien leo alude a una Lima de mediados de los años 50 y la describe en un retrato sin concesiones que me recordó algo que escribí yo sobre la ciudad de un cuarto de siglo después.
Así que me levanto y rebusco entre papeles viejos. He tardado casi media hora en encontrarlo. Un texto escrito la noche de San Juan de 1983. Llevaba unos dos años en Madrid, tenía casi 24 y todavía añoraba la ciudad y los amigos peruanos. Lo releo y me sigue gustando. Son palabras duras, vomitadas de golpe, sin pensar. Acabo de decir vomitadas y eso me trae el recuerdo de un blog que me gusta, el de una mujer que se llama a sí misma Bella Cobarde (más asociaciones de ideas: a ver si logro que las neuronas se calmen para poder dormir unas horas). Pues nada, que lo transcribo y se lo dedico a esa Bella Cobarde que no sé si es bella, pero no me parece cobarde. Ahí va:
Parturienta de abortos mal paridos, prostituta vieja disfrazada con caretas de mentiras, maquillajes ya podridos y oropeles arrugados; te falta el fuego que haría vida tus agua, tierra y aire separados. Lima de cielo anegado que no sabes llover, Lima sin florecer en desierto mojado, Lima que engañas y matas, Lima que no ves. Oye, inmenso estercolero de carroñas: alimentas depravados y corruptos que construyen con tu fango mausoleos, monumentos -dicen ellos- al buen gusto. Lima, niña educada para agradar al que toque: buenos modales, coqueteos y charlas para salones huecos. Siempre te vistes de virgen y te han violado mil veces.
Pero a pesar de que ya huelen tus entrañas descompuestas, de que hay grietas y cicatrices visibles en tu cuerpo, de que tu sonrisa enseña las costras de tus muertos, de que es de tontos escuchar tus tonterías ... A pesar de ello y de más que se me olvida, sigues seduciendo, Lima mía.
Dos versiones de uno de los valses limeños por excelencia: la original de la gran Chabuca Granda y otra más reciente cantada en vivo por dos mujeres que no conocía (Mariela Josid y Romina Maroso). Para comparar y disfrutar.
CATEGORÍA: Canciones y otras líricas
POST REPUBLICADO PROVENIENTE DE YA.COM
Tienen mucha fuerza tus palabras sobre lima, esconden muchas vivencias, esconden rabia y amor, esconden vida detrás....
ResponderEliminarPD: oye hay una historia que se me escapa .....hay algo que no nos has contado??? jajajja es que soy curiosa.
Comentado originalmente el Lunes, 9 Octubre 2006 13:22
Qué maravilla!
ResponderEliminarMe encantó leérlo.
Besos
Comentado originalmente Lunes, 9 Octubre 2006 14:50
Muy bonito, hay lugares que odias, amas ...o las dos cosas a la vez , aunque pueda parecer imposible.
ResponderEliminar¿evocaciones vespertinas?
Besos
Comentado originalmente Lunes, 9 Octubre 2006 17:38
Hermoso, sin más.
ResponderEliminarComentado originalmente Miércoles, 11 Octubre 2006 17:56 (http://www.blogs.ya.com/elvira/)
Gracias por tu visita, el comentario no es obsoleto, de hecho a finales empezamos con el segundo intento, gracias por los animos y pasate cuando quieras.
ResponderEliminarComentado originalmente Miércoles, 11 Octubre 2006 17:58 (http://blogs.ya.com/diariodeunabrujita/)
¡Te descubrí, Miroslav! ¿Qué tal todo? Cuéntame qué ha sido de tu vida. ¡Saludos desde Lima!
ResponderEliminarComentado originalmente Viernes, 14 Diciembre 2007 05:46