La atracción
Leo la siguiente frase de Marguerite (en un comentario a un post de Raquel): "Últimamente, los hombres que estimulan mi mente no estimulan mi cuerpo; los que estimulan mi cuerpo me aburren a los diez minutos porque no estimulan mi mente. Los que no estimulan ninguna de las dos cosas son la amplia mayoría".
Supongo que la estimulación del cuerpo a la que Marguerite se refiere es la atracción sexual, la famosa química. Me imagino que los hombres que estimulan el cuerpo de Marguerite son los que, nada más verlos, le gustan; como decía Raquel en el post comentado: los que están tan increíblemente buenos como para que todo lo que digan o hagan le resulte genial.
Como yo no estoy -ni de lejos- increíblemente bueno, mis posibilidades de estimular el cuerpo de M (o de cualquier otra) son infinitesimales. Puedo encajar en la categoría de "los que estimulan las mentes", pero fijaos que esos, para M, no requieren siquiera texto aclaratorio. Es decir, los que le estimulan el cuerpo, al menos, le duran diez minutos; en cambio los que sólo estimulan la mente ... Esos ni una rosca.
Amanda, que siempre me parece que habla con conocimiento de causa (por más que tenga opiniones a veces excesivamente tajantes para mi gusto), me aclara -en un comentario sobre un encuentro suyo con HyM- el tema de la química (o la estimulación de los cuerpos en palabras de M): "en una cita te lo juegas todo en los primeros cinco segundos". Es decir la química (la atracción) es (debe ser) inmediata, evidente. Si no es así, es que no hay y -Amanda dixit- de donde no hay no se puede sacar.
Yo coincido con Marguerite y Amanda en que la atracción es muy importante. En cambio, en lo que no estoy muy de acuerdo es en esa separación margueritiana de mente y cuerpo ni en la inmediatez de la química amandiana. En mi caso, la atracción lleva unidos los factores cuerpo y mente y, seguramente por ello, no es inmediata, sino que requiere ir conociendo a la persona.
Para ser preciso he de decir que mi forma de sentirme atraído por alguien funciona con el 85% de la población femenina con la que me relaciono. Debe excluirse un 10% de mujeres muy feas y un 5% de las que están excepcionalmente buenas. Las primeras (me jode reconocerlo) no me van a atraer en ningún caso. Las otras es probable que me mantengan babeando por más que sean un dechado de estupideces.
Pero la grandísima mayoría de las mujeres (el 85% a ojo de buen cubero) son lo suficientemente guapas (o no son lo suficientemente feas) como para poderme sentir atraído por ellas. Ahora bien, esa atracción física funciona en la medida en que me exciten mentalmente. Ojo: por mentalmente no quiero decir sólo intelectualmente, sino también (sobre todo) afectivamente. Siempre me ocurre que, cuando conozco a una mujer, a medida que me voy sintiendo a gusto con ella, más guapa me va pareciendo. La estimulación de mi cuerpo va pareja con la de mi mente y, obviamente, eso no se resuelve en los cinco primeros segundos de la cita.
Creo yo que el que mis catalizadores químicos sean de acción retardada está seguramente relacionado con actitudes enquistadas hacia el sexo. Ya me gustaría a mí que la atracción me funcionase más directamente, sin tener que tamizarla por el conocimiento afectivo (tampoco digo amor, eh). Pero así son las cosas, qué le voy a hacer. Pero esta dificultad en separar cuerpo y mente y mi escasa sensibilidad química, me reportan algunas ventajas: probablemente, la mayor, es descubrir cómo cambia y se engrandece la belleza de una mujer a medida que sus ojos van enseñando su alma.
Supongo que la estimulación del cuerpo a la que Marguerite se refiere es la atracción sexual, la famosa química. Me imagino que los hombres que estimulan el cuerpo de Marguerite son los que, nada más verlos, le gustan; como decía Raquel en el post comentado: los que están tan increíblemente buenos como para que todo lo que digan o hagan le resulte genial.
Como yo no estoy -ni de lejos- increíblemente bueno, mis posibilidades de estimular el cuerpo de M (o de cualquier otra) son infinitesimales. Puedo encajar en la categoría de "los que estimulan las mentes", pero fijaos que esos, para M, no requieren siquiera texto aclaratorio. Es decir, los que le estimulan el cuerpo, al menos, le duran diez minutos; en cambio los que sólo estimulan la mente ... Esos ni una rosca.
Amanda, que siempre me parece que habla con conocimiento de causa (por más que tenga opiniones a veces excesivamente tajantes para mi gusto), me aclara -en un comentario sobre un encuentro suyo con HyM- el tema de la química (o la estimulación de los cuerpos en palabras de M): "en una cita te lo juegas todo en los primeros cinco segundos". Es decir la química (la atracción) es (debe ser) inmediata, evidente. Si no es así, es que no hay y -Amanda dixit- de donde no hay no se puede sacar.
Yo coincido con Marguerite y Amanda en que la atracción es muy importante. En cambio, en lo que no estoy muy de acuerdo es en esa separación margueritiana de mente y cuerpo ni en la inmediatez de la química amandiana. En mi caso, la atracción lleva unidos los factores cuerpo y mente y, seguramente por ello, no es inmediata, sino que requiere ir conociendo a la persona.
Para ser preciso he de decir que mi forma de sentirme atraído por alguien funciona con el 85% de la población femenina con la que me relaciono. Debe excluirse un 10% de mujeres muy feas y un 5% de las que están excepcionalmente buenas. Las primeras (me jode reconocerlo) no me van a atraer en ningún caso. Las otras es probable que me mantengan babeando por más que sean un dechado de estupideces.
Pero la grandísima mayoría de las mujeres (el 85% a ojo de buen cubero) son lo suficientemente guapas (o no son lo suficientemente feas) como para poderme sentir atraído por ellas. Ahora bien, esa atracción física funciona en la medida en que me exciten mentalmente. Ojo: por mentalmente no quiero decir sólo intelectualmente, sino también (sobre todo) afectivamente. Siempre me ocurre que, cuando conozco a una mujer, a medida que me voy sintiendo a gusto con ella, más guapa me va pareciendo. La estimulación de mi cuerpo va pareja con la de mi mente y, obviamente, eso no se resuelve en los cinco primeros segundos de la cita.
Creo yo que el que mis catalizadores químicos sean de acción retardada está seguramente relacionado con actitudes enquistadas hacia el sexo. Ya me gustaría a mí que la atracción me funcionase más directamente, sin tener que tamizarla por el conocimiento afectivo (tampoco digo amor, eh). Pero así son las cosas, qué le voy a hacer. Pero esta dificultad en separar cuerpo y mente y mi escasa sensibilidad química, me reportan algunas ventajas: probablemente, la mayor, es descubrir cómo cambia y se engrandece la belleza de una mujer a medida que sus ojos van enseñando su alma.
CATEGORÍA: Sexo, erotismo y etcéteras
Me encanta.
ResponderEliminarEstoy relamiéndome como el gato ante el plato de nata.
Y es que tengo que reconocerlo...adoro pillarte en la equivocación, que en este caso es muy clara porque has hecho una lectura totalmente parcial de mi comentario.
He dicho que, últimamente, los que estimulan mi mente no estimulan mi cuerpo. En ningún sitio he dicho que no pudieran hacerlo, sólo he dicho que no lo hacen.
Y no tengo más que decir Su Señoría!
Bueno sí, que un beso ;)
Me satisface (no sexualmente) decirte que esa forma de atracción tuya es la única que yo conozco. Es curioso (cuanto menos) cómo los "defectos" físicos de una persona se van suavizando hasta convertirse en "sus agradables particularidades individuales" conforme nos va llenando huecos afectivos.
ResponderEliminarBesazos.
Me encanto la ultima frase ... te quedo muy linda ...
ResponderEliminaryo opino igual que vos, en casi todo ... me ha pasado por ejemplo que en la primer cita la persona no me gusta demasiado, pero con el tiempo, y a traves de la profundizacion en el conocimiento mutuo termino super enganchada ... y al final la persona me parece hasta guapisima!! generalmente eso es lo que mas se me da, aunque he tenido (muy pocas veces, eso si) amores fulminantes a primera vista ... cosa que tambien es hermoso de experimentar ...
besos,
Estoy contigo, yo creo que, eliminando ese porcentaje más o menos pequeño de hombres (o mujeres) que nos resultan "repulsivos" físicamente y que, por mucho que nos estimulen mentalmente no consiguen hacerlo más allá, todos acabamos ensalzando la belleza de quien nos gusta interiormente.
ResponderEliminarUn beso
Yo soy muy parecida a ti en ese aspecto, no es que no me pueda sentir atraida físicamente por alguien a primera vista, lo que pasa es que sé que esa atracción se puede multiplicar si afectivamente se inicia una relación. Y que esa atracción por fuerte que sea puede desaparecer si esa persona y yo no tenemos nada que ver. Supongo que dependerá de lo que quieras en tu vida para decidirte por cualquiera de las opciones que se presentan en ella.
ResponderEliminarHay veces que conocemos a alguien que no nos dice nada y acaba expresándolo todo.
ResponderEliminarOtras, recibimos un impacto que acaba explotándonos en las mismas entrañas.
Y en todo este proceso, la belleza tiene una parte, pero no es el todo.
Es mucho más fácil que alguien que, en principio, no me atrae físicamente acabe gustándome al descubrir lo que guarda dentro que lo contrario.
ResponderEliminarHe sentido, por supuesto, esas atracciones físicas fulminantes (que son las menos) pero si a ese exterior no le acompaña un interior en condiciones toda atracción se esfuma.
Besos
Que te guste una persona mas a medida que la conoces es sin duda una de las cosas mas estimulantes. No tiene nada que ver con el amor, no tiene por que tenerlo, no? Gente, viva la gente, la hay donde quiera que vas. Estar rodeado de tantas almas bellas sin saberlo!
ResponderEliminarpues yo creo que es una cuestión de edad.
ResponderEliminarHablando siempre desde mi perspectiva, yo creo que me pondría mucho más alguien que estimulara mi mente, que para lo otro ya hay tiempo.
Lo que se carece últimamente es de una conversación interesante. Yo eso lo hecho en falta y mucho.
yo he conocido mucha gente, pero solamente una vez, sentí esa atracción química de la que hablan todos, literalmente porque en el momento de conocerlo me corrió una descarga eléctrica que para que. Nunca más me ha pasado de eso estoy segura pues mis prioridades han cambiado o mejor dicho lo que me gusta o no me gusta.
Tengo alguien cercano que opina como vos, "Siempre me ocurre que, cuando conozco a una mujer, a medida que me voy sintiendo a gusto con ella, más guapa me va pareciendo."
un saludo..
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarel ojo, el ojo...estamos presos de la mirada. Si no fuera así no se gastaría tanto dinero y esfuerzo en la publiicdad.
ResponderEliminarConste que yo hablaba de las citas a ciegas, es decir, aquellas que tienes después de sentirte atraída mentalmente por alguien (vía Messenger, en mi caso) y después se traducen en el encuentro físico. En ese momento, sí me bastan cinco segundos para saber si funcionará. Tiene mucho que ver con las expectativas: si no se cumplen, se hunde el mito, y si se hunde el mito, no das opción a dejarle remontar.
ResponderEliminarFuera del chat no uso cinco segundos. A veces son cinco años.
Que alguien me atraiga depende de muchas cosas y la importancia de esas cosas cambia con los estados de animo. Como sea, dusfrutare con quien me haya elegido y yo haya elegido, mientras continuemos haciendolo
ResponderEliminarCiao Panciutti!!
ResponderEliminarSiamo a Roma. E bellissima la villa d'Este a Tivoli. Tanti alberi, la acqua,il sole.
Grazie tante per il tuo consiglio.
Ciao Panciutti!!
ResponderEliminarSiamo a Roma. E bellissima la villa d'Este a Tivoli. Tanti alberi, la acqua,il sole.
Grazie tante per il tuo consiglio.
Yo creo que a todos nos pasa normalmente que idealizamos a la persona de quien nos enamoramos, y por aproximación, vamos viendo cada vez más atractivos a quien nos gusta.
ResponderEliminarO eso, o es que da la casualidad que mis amores han estado buenas que te cagas.
PD: tal vez tendría que haber sido más fino y utilizar el término defecar.
Que bien lo has dicho y cuanta razón tienes. El enamoramiento nada tiene que ver con el amor añejo, ese que como un buen vino se va consolidando y tomando cuerpo a medida que que uno se va conociendo.
ResponderEliminarRealmente me han emocionado tus palabras...algun día te contare porque.
Un beso
Estoy de acuerdo con Amanda en lo de las citas a ciegas, pues se supone que la atracción mental-afectiva va por delante, pero si no se dá la física en breves segundo, nunca se dará. Ahora bien, esa atracción lenta y firme que seduce el alma y te hace ver cada vez mas belleza, es un auténtico placer.
ResponderEliminarUn placer leeros. Mery
A mi me pasa más bien al contrario de lo que le sucede a la mayoría, por lo que detecto: en general ese poder de atracción suele tardar un tiempo en aparecer y poco a poco puedo ir sintiendome cautivado, incluso por mujeres de las que mis amigos se rien diciendo que son feas. Pero tengo que decir tambien, que esto cada vez sucede menos.
ResponderEliminarYo siempre pensé que nuestra condición de machos de la especie tiene un componente cargado de patetismo desde el punto de vista cultural, aunque desde el punto de vista biológico pudiera responder a razones intrínsecas a las necesidades de pervivencia de la propia especie. Efectivamente, parece ser que estamos diseñados como todos los seres vivos cargados de simiente a expandirla por toda la tierra. Es por eso que si hemos llegado a ser algo selectivos a la hora de elegir posible partenaire fecundable se debe exclusivamente a factores modificadores de origen cultural, y con todo y con eso no puede decirse que lo seamos demasiado. Un amigo mío dice que está convencido de que todo hombre heterosexual que se encuentra con una mujer lo primero que hace, más o menos conscientemente, es calibrar las posibilidades de conseguirla carnalmente o imaginarse ese acceso. A mí me da verdadera grima tener que reconocerme en ese aserto. Y por eso siempre que conozco a una nueva mujer no puedo dejar de imaginarme inmediatamente a mí mismo como un estúpido palomo buchón que da vueltas a su alrededor al ritmo de impulsos lujuriosos instintivos y mecánicos. Aunque estoy luchando por comportarme como un macho de la especie normal y corriente. Pero creo que cuando lo consiga se me habrá pasado el arroz definitivamente.
ResponderEliminarUn saludo, amigo Miroslav