Llegará la tormenta
Ayer, mientras almorzaba en un bar con una amiga, escuché de fondo la inconfundible melodía de "A Hard Rain's A-Gonna Fall" de Bob Dylan y la inconfundible voz de Amaral cantando en castellano. Se trataba de un video musical del tema que este duo ha sacado recientemente para que sea el himno de la Expo de Zaragoza. Me entero de que el propio Dylan cedió a la Expo los derechos para usar la que es una de sus más míticas canciones y que pidió expresamente a la organización que fuera Amaral, con quienes compartió escenario durante su gira española de 2004, los encargados de versionarla en castellano. El resultado es Llegará la Tormenta, que podéis apreciar pinchando en el video que enlazo a continuación.
En mi opinión, no está mal. Desde luego, no arriesgan nada con la melodía, por más que el sonido (los arreglos) nos resulte más actual que la versión original del LP Freewheelin' ¡de 1963! Los riesgos los han asumido con las letras y no creo que, salvo por puristas demasiado pijoteros, quepa hacerles reproches. Han declarado que tuvieron muchas dificultades en la adaptación, porque buscaban que la canción resultase creíble y sonase natural en nuestro idioma. Han reducido bastante el número de versos e incluso han combinado entre sí varios de ellos, aligerando el machaconeo repetitivo (intencionado) de la composición original que en castellano y en la actualidad habría perdido la fuerza significante del inglés de los sesenta. Pero las imágenes poéticas dylanianas están ahí, con más de un afortunado hallazgo traductor. Por poner alguna pega diré que no me convence ni me gusta el título, que creo que se lo han sacado de la manga sin necesidad. Pero, salvo ese detalle (que tiene su importancia), he de felicitarles; se nota que lo han currado y el producto es más que digno. Parece que ahora tiene que dar su opinión el venerable; ¿qué dirá?
Por cierto, esta versión de Hard Rain es la primera que oigo en castellano (no así en inglés) y eso que, como modesto dylaniano que soy, procuro estar al tanto de las que se hacen de sus canciones en nuestro idioma. Hay en internet una web en la que se informa de las grabaciones de las canciones de Dylan y ahí he descubierto que en 2005 Gerard Quintana y Jordi Batista la versionaron en catalán (Una gran pluja molt aviat caurà) y que en 2007 lo hizo en castellano JM Baule, otro catalán. Esta última puede oírse en su página de myspaces, mucho más ajustada en sonido y, sobre todo, en las letras (canta todos los versos de la original aun con ligeros cambios). ¿Cuál de ambas versiones gusta más? Aclaro que no conocía a este Baule y he pasado un buen rato curioseando sobre él. Ha adaptado al castellano y cantado un buen número de canciones de Dylan, procurando en general mantenerse bastante fiel a las originales (lo que no suele "funcionar" demasiado bien al oído). En Youtube no he encontrado Hard Rain, pero pongo su versión de la más famosa Mr. Tambourine Man.
A Hard Rain's A-Gonna Fall, compuesta en septiembre de 1962 en el Greenwich neoyorkino, fue hija del terror a la (así se creía) inminente guerra nuclear. Eran los días de la famosa "crisis de los misiles". Los americanos habían descubierto que los soviéticos estaban desplegando misiles nucleares en Cuba y la administración Kennedy había movilizado al país. Kruschev amenazó que cualquier intento de agresión a la isla caribeña desencadenaría una guerra nuclear. Fue un pulso angustioso que, como es sabido, se resolvió el 28 de octubre con el anuncio soviético de que desmantelarían sus bases cubanas. A los que no vivimos aquello (éramos muy críos y además estábamos muy lejos) nos resulta muy difícil imaginar el miedo de esas gentes. Ese miedo era el que movía los dedos de ese chaval de 21 años, tecleando frenético sobre una destartalada máquina de escribir versos apocalípticos, teñidos con ese tono admonitorio de los profetas bíblicos; versos, cada uno de ellos, que Dylan imaginaba como el comienzo de una de tantas canciones que sentía que no iba a poder escribir, porque el tiempo se iba a acabar cuando cayera esa fuerte y definitiva lluvia.
Merece la pena intentar revivir en nosotros las sensaciones de esa época de las que somos herederos, esforzarnos por interiorizarlas, tratar de ponernos en su lugar. Bullían entonces en Estados Unidos muchas inquietudes (por ejemplo, y no es el menor, la lucha por los derechos civiles) y en gran medida eran los jóvenes quienes estaban protagonizándolas. Fue probablemente el momento que con mayor intensidad una generación se rebeló contra el "estado de las cosas", que más unánimemente se exhibió el rechazo al orden social que se les daba. Y el miedo, la sensación de que todo se iba a la mierda, fue uno de los motores de esa especie de estado de ánimo colectivo. Aunque creo que esa movilización generacional fue, globalmente valorada, básicamente destructiva (quería destruir más que construir), no se puede negar que esas energías se cristalizaron en numerosas muestras de creatividad. Cuenta Dylan que, nada más acabar la canción que brotaba casi como si tuviera vida propia y ganas de nacer, salió inmediatamente a la calle para ir al Gaslight, un local donde actuaba, porque sentía la imperiosa necesidad de cantarla. Dicen las crónicas que la canción entusiasmó inmediatamente a casi todos los que la escuchaban y en esos días de agravamiento progresivo de la peor crisis de la guerra fría se convirtió espontáneamente en una especie de referencia emocional colectiva. En mayo de 1963 aparecería el segundo disco de Dylan (Freewheelin') que marcó, ya definitivamente, la apoteosis del cantante.
Muchos años después, en 2007, Dylan es requerido por algún organizador de la Expo de Zaragoza para contribuir a su promoción. Supongo que casi todos habrán visto el anuncio en el que el cantante se presenta y dice estar orgulloso de participar en "esta misión" para conseguir que haya agua limpia y segura para todo el mundo. El tema musical del spot es justamente una nueva versión de A Hard Rain, grabada para la ocasión. El video "largo" (que es el que adjunto) está montado con imágenes de diversas épocas del cantante (predominando las que corresponden a la gira de la Rolling Thunder Revue de 1975-76, bastante después de la época en que compuso la canción) y, sobre ellas, va apareciendo un mensaje que viene a decir que, si en su origen la canción fue un himno contra la amenaza nuclear, ahora lo más importante es el agua ... Me pregunto a quién se le ocurriría elegir precisamente esta canción como tema musical de la Expo y me pregunto también si tendría la intención de evocar el miedo al desastre de aquella época, reconvertido ahora hacia otra amenaza. Si así fuera, diría que es una pretensión ilusa. Por otra parte, son situaciones tan distintas ... Al final, lo cierto es que la publicidad actual, que todo, incluyendo las iniciativas más loables, lo edulcora y artificializa, no es capaz de reproducir ni por asomo los sentimientos originales por más que reutilice los símbolos que en su momento los expresaron. Más bien lo que hace disolverles su carga significante y banalizarlos como otro producto más de consumo (que, tampoco nos engañemos, lo fue desde el principio; será quizá sólo cuestión de grado).
Todo lo cual no quita que sea agradable el revival y que me guste la versión de Amaral, no vaya a parecer yo más viejo cascarrabias de lo que soy.
PS: Aprovecho, ya que la he citado en este post, para poner la versión de Hard Rain tocada en 1976 en Colorado, en la gira de la Rolling Thunder Revue (con Joan Baez). Hasta hace pocos años que la CBS publicó los CDs era ésta una de las versiones menos conocidas del propio Dylan. No es que sea mi favorita, pero vale para comparar con la de Amaral. Ah, por cierto, en esta página puede leerse la letra de la canción en inglés y una bastante correcta traducción en una columna paralela. Me sentí tentado de poner en este post la versión libre que hice hace muchos años, pero me ha podido el pudor.
En mi opinión, no está mal. Desde luego, no arriesgan nada con la melodía, por más que el sonido (los arreglos) nos resulte más actual que la versión original del LP Freewheelin' ¡de 1963! Los riesgos los han asumido con las letras y no creo que, salvo por puristas demasiado pijoteros, quepa hacerles reproches. Han declarado que tuvieron muchas dificultades en la adaptación, porque buscaban que la canción resultase creíble y sonase natural en nuestro idioma. Han reducido bastante el número de versos e incluso han combinado entre sí varios de ellos, aligerando el machaconeo repetitivo (intencionado) de la composición original que en castellano y en la actualidad habría perdido la fuerza significante del inglés de los sesenta. Pero las imágenes poéticas dylanianas están ahí, con más de un afortunado hallazgo traductor. Por poner alguna pega diré que no me convence ni me gusta el título, que creo que se lo han sacado de la manga sin necesidad. Pero, salvo ese detalle (que tiene su importancia), he de felicitarles; se nota que lo han currado y el producto es más que digno. Parece que ahora tiene que dar su opinión el venerable; ¿qué dirá?
Por cierto, esta versión de Hard Rain es la primera que oigo en castellano (no así en inglés) y eso que, como modesto dylaniano que soy, procuro estar al tanto de las que se hacen de sus canciones en nuestro idioma. Hay en internet una web en la que se informa de las grabaciones de las canciones de Dylan y ahí he descubierto que en 2005 Gerard Quintana y Jordi Batista la versionaron en catalán (Una gran pluja molt aviat caurà) y que en 2007 lo hizo en castellano JM Baule, otro catalán. Esta última puede oírse en su página de myspaces, mucho más ajustada en sonido y, sobre todo, en las letras (canta todos los versos de la original aun con ligeros cambios). ¿Cuál de ambas versiones gusta más? Aclaro que no conocía a este Baule y he pasado un buen rato curioseando sobre él. Ha adaptado al castellano y cantado un buen número de canciones de Dylan, procurando en general mantenerse bastante fiel a las originales (lo que no suele "funcionar" demasiado bien al oído). En Youtube no he encontrado Hard Rain, pero pongo su versión de la más famosa Mr. Tambourine Man.
A Hard Rain's A-Gonna Fall, compuesta en septiembre de 1962 en el Greenwich neoyorkino, fue hija del terror a la (así se creía) inminente guerra nuclear. Eran los días de la famosa "crisis de los misiles". Los americanos habían descubierto que los soviéticos estaban desplegando misiles nucleares en Cuba y la administración Kennedy había movilizado al país. Kruschev amenazó que cualquier intento de agresión a la isla caribeña desencadenaría una guerra nuclear. Fue un pulso angustioso que, como es sabido, se resolvió el 28 de octubre con el anuncio soviético de que desmantelarían sus bases cubanas. A los que no vivimos aquello (éramos muy críos y además estábamos muy lejos) nos resulta muy difícil imaginar el miedo de esas gentes. Ese miedo era el que movía los dedos de ese chaval de 21 años, tecleando frenético sobre una destartalada máquina de escribir versos apocalípticos, teñidos con ese tono admonitorio de los profetas bíblicos; versos, cada uno de ellos, que Dylan imaginaba como el comienzo de una de tantas canciones que sentía que no iba a poder escribir, porque el tiempo se iba a acabar cuando cayera esa fuerte y definitiva lluvia.
Merece la pena intentar revivir en nosotros las sensaciones de esa época de las que somos herederos, esforzarnos por interiorizarlas, tratar de ponernos en su lugar. Bullían entonces en Estados Unidos muchas inquietudes (por ejemplo, y no es el menor, la lucha por los derechos civiles) y en gran medida eran los jóvenes quienes estaban protagonizándolas. Fue probablemente el momento que con mayor intensidad una generación se rebeló contra el "estado de las cosas", que más unánimemente se exhibió el rechazo al orden social que se les daba. Y el miedo, la sensación de que todo se iba a la mierda, fue uno de los motores de esa especie de estado de ánimo colectivo. Aunque creo que esa movilización generacional fue, globalmente valorada, básicamente destructiva (quería destruir más que construir), no se puede negar que esas energías se cristalizaron en numerosas muestras de creatividad. Cuenta Dylan que, nada más acabar la canción que brotaba casi como si tuviera vida propia y ganas de nacer, salió inmediatamente a la calle para ir al Gaslight, un local donde actuaba, porque sentía la imperiosa necesidad de cantarla. Dicen las crónicas que la canción entusiasmó inmediatamente a casi todos los que la escuchaban y en esos días de agravamiento progresivo de la peor crisis de la guerra fría se convirtió espontáneamente en una especie de referencia emocional colectiva. En mayo de 1963 aparecería el segundo disco de Dylan (Freewheelin') que marcó, ya definitivamente, la apoteosis del cantante.
Muchos años después, en 2007, Dylan es requerido por algún organizador de la Expo de Zaragoza para contribuir a su promoción. Supongo que casi todos habrán visto el anuncio en el que el cantante se presenta y dice estar orgulloso de participar en "esta misión" para conseguir que haya agua limpia y segura para todo el mundo. El tema musical del spot es justamente una nueva versión de A Hard Rain, grabada para la ocasión. El video "largo" (que es el que adjunto) está montado con imágenes de diversas épocas del cantante (predominando las que corresponden a la gira de la Rolling Thunder Revue de 1975-76, bastante después de la época en que compuso la canción) y, sobre ellas, va apareciendo un mensaje que viene a decir que, si en su origen la canción fue un himno contra la amenaza nuclear, ahora lo más importante es el agua ... Me pregunto a quién se le ocurriría elegir precisamente esta canción como tema musical de la Expo y me pregunto también si tendría la intención de evocar el miedo al desastre de aquella época, reconvertido ahora hacia otra amenaza. Si así fuera, diría que es una pretensión ilusa. Por otra parte, son situaciones tan distintas ... Al final, lo cierto es que la publicidad actual, que todo, incluyendo las iniciativas más loables, lo edulcora y artificializa, no es capaz de reproducir ni por asomo los sentimientos originales por más que reutilice los símbolos que en su momento los expresaron. Más bien lo que hace disolverles su carga significante y banalizarlos como otro producto más de consumo (que, tampoco nos engañemos, lo fue desde el principio; será quizá sólo cuestión de grado).
Todo lo cual no quita que sea agradable el revival y que me guste la versión de Amaral, no vaya a parecer yo más viejo cascarrabias de lo que soy.
PS: Aprovecho, ya que la he citado en este post, para poner la versión de Hard Rain tocada en 1976 en Colorado, en la gira de la Rolling Thunder Revue (con Joan Baez). Hasta hace pocos años que la CBS publicó los CDs era ésta una de las versiones menos conocidas del propio Dylan. No es que sea mi favorita, pero vale para comparar con la de Amaral. Ah, por cierto, en esta página puede leerse la letra de la canción en inglés y una bastante correcta traducción en una columna paralela. Me sentí tentado de poner en este post la versión libre que hice hace muchos años, pero me ha podido el pudor.
CATEGORÍA: Canciones y otras líricas
El 6 de Julio estará Dylan en Madrid.
ResponderEliminar¡Qué coño de pudor! Haz el favor de poner tu versión y que podamos comparar. Si la modestia es la virtud de los mediocres (yo no lo creo), el pudor es el recelo de los mindunguís, y tú no lo res
ResponderEliminarO sá. De que hablan estos abueletes.
ResponderEliminarEsto debe ser del Cuaternario Superior.
A ver si ponen algo más actual.
Ese Dylan está ya jubilado y lo que dice se estudia en el Insti.
pola, lo nuevo es enemigo de lo moderno: lo aprenderás cuando crezcas, si es que lo haces
ResponderEliminarSoy poco amiga de remakes musicales, y raro es que una nueva versión de un título antiguo llegue a convencerme. Así que, con permiso, me quedo siempre con Bob Dylan :)
ResponderEliminarBesos