Impresiones post-electorales
Pues ya han sido las elecciones y, como pronosticaba pesimistamente en el post del jueves pasado, el partido más “listo” de estas tierras ahí sigue, preparado para reapropiarse del gobierno. No han ganado las elecciones autonómicas; de hecho, de las tres fuerzas que obtienen representación parlamentaria, son los que tienen menos votos, aunque obtengan dos escaños más que el segundo partido. Pero está más que cantado (ya lo anunciaron a media voz durante la campaña) que pactaran con el PP y obtendrán el gobierno. Y, por supuesto, lo venderán como la solución que necesita Canarias.
Nadie se puede quejar de “traición democrática” porque este futuro pacto estaba más que advertido; así que quien votaba al PP sabía que estaba apoyando un gobierno de CC. Esta situación, unida a la escasa pluralidad del archipiélago impuesta por los duros requisitos de nuestra Ley electoral, dejaban como única opción posible para “echar” a los de CC que el PSOE ganara por mayoría absoluta, algo muy difícil. Respecto a las elecciones de 2003, los socialistas han crecido en unos 85.000 votos (un 9%), un poco menos de lo que han bajado los de CC; también los del PP han bajado. Es decir, que sin necesidad de sofisticar los análisis, me parece bastante claro que había un importante grupo de gente que entendió el mensaje y apostó por cambiar el gobierno; lamentablemente, no fueron suficientes. Dicen los expertos en elecciones que el partido en el gobierno tiende a ser premiado en los resultados; si esto es así, habrá que convenir que la sensación de hartazgo en Canarias puede cuantificarse en algo más de las variaciones de votos reseñadas. Pero, repito, ese hartazgo no ha bastado.
Del análisis de los resultados (totales y por circunscripciones) tengo la impresión de que la abstención (36%) así como los votos no válidos y recibidos por partidos que no han alcanzado representación parlamentaria (12%), han favorecido a mis amigos de CC. De hecho, he observado una correlación casi constante comparando los resultados entre distintas circunscripciones y elecciones (municipales, cabildos y parlamento): cuanto más alto el porcentaje de CC, más alta la abstención. O sea, que puede que no sea muy aventurado suponer que si el desencanto de muchos se hubiese traducido en votos efectivos, los actuales gobernantes se habrían encontrado más cerquita de las cuerdas.
En esto radica mi decepción y sorpresa, que con todo lo que se está sabiendo de la forma en que gobiernan estos señores, el rechazo siga siendo insuficiente, aunque ciertamente su crecimiento es continuado (habrá que ser pacientes). El Ayuntamiento de mi ciudad lo ha vuelto a ganar (aunque perdiendo la mayoría absoluta) un alcalde imputado penalmente. Por supuesto que hay que mantener la presunción de inocencia, pero es que los datos más que comprobados (y no desmentidos coherentemente por nadie, aunque sí tergiversados y manipulados como parte de la propaganda electoral) hacen muy difícil no pensar que la gestión ha sido muy turbia. Pero el imputado y su partido se nos presenta como mártir y traslada la victimización a todo el pueblo; y el pueblo le responde dándole su apoyo, negándose a saber, con enternecedora (que viene de ternera) lealtad. Quizás, tras tantos años, no debiera sorprenderme tanto ... pero es que uno siempre guarda la esperanza de que reaccionemos.
También ha habido sorpresas agradables, aunque hayan sido en la isla de enfrente (felicidades Nanny). CC ha prácticamente desaparecido de Gran Canaria y eso es un golpe durísimo para su supervivencia como partido autonómico. Inmediatamente a los más viscerales de CC se les ha visto el plumero, insinuando otra vez la reivindicación de los insularismos retrógrados. Lo malo es que esa táctica del enfrentamiento funciona muy bien en esta isla, aunque creo que es bastante suicida. Además, difícilmente se puede gobernar sin Gran Canaria, así que ... ¿cederá CC sus ínfulas caciquiles al PP en la isla vecina? Ya veremos.
En resumen, que estoy algo tristón, pero nada serio. Hay signos esperanzadores, sobre todo al comprobar que comienzan a consolidarse asociaciones cívicas dispuestas a marcar a los políticos y socavar la descarada impunidad con que han actuado durante estos años. Empieza nuevo curso político en este archipiélago, y pese a la insuficiencia de los resultados electorales, quiero creer que las cosas irán algo menos mal.
Nadie se puede quejar de “traición democrática” porque este futuro pacto estaba más que advertido; así que quien votaba al PP sabía que estaba apoyando un gobierno de CC. Esta situación, unida a la escasa pluralidad del archipiélago impuesta por los duros requisitos de nuestra Ley electoral, dejaban como única opción posible para “echar” a los de CC que el PSOE ganara por mayoría absoluta, algo muy difícil. Respecto a las elecciones de 2003, los socialistas han crecido en unos 85.000 votos (un 9%), un poco menos de lo que han bajado los de CC; también los del PP han bajado. Es decir, que sin necesidad de sofisticar los análisis, me parece bastante claro que había un importante grupo de gente que entendió el mensaje y apostó por cambiar el gobierno; lamentablemente, no fueron suficientes. Dicen los expertos en elecciones que el partido en el gobierno tiende a ser premiado en los resultados; si esto es así, habrá que convenir que la sensación de hartazgo en Canarias puede cuantificarse en algo más de las variaciones de votos reseñadas. Pero, repito, ese hartazgo no ha bastado.
Del análisis de los resultados (totales y por circunscripciones) tengo la impresión de que la abstención (36%) así como los votos no válidos y recibidos por partidos que no han alcanzado representación parlamentaria (12%), han favorecido a mis amigos de CC. De hecho, he observado una correlación casi constante comparando los resultados entre distintas circunscripciones y elecciones (municipales, cabildos y parlamento): cuanto más alto el porcentaje de CC, más alta la abstención. O sea, que puede que no sea muy aventurado suponer que si el desencanto de muchos se hubiese traducido en votos efectivos, los actuales gobernantes se habrían encontrado más cerquita de las cuerdas.
En esto radica mi decepción y sorpresa, que con todo lo que se está sabiendo de la forma en que gobiernan estos señores, el rechazo siga siendo insuficiente, aunque ciertamente su crecimiento es continuado (habrá que ser pacientes). El Ayuntamiento de mi ciudad lo ha vuelto a ganar (aunque perdiendo la mayoría absoluta) un alcalde imputado penalmente. Por supuesto que hay que mantener la presunción de inocencia, pero es que los datos más que comprobados (y no desmentidos coherentemente por nadie, aunque sí tergiversados y manipulados como parte de la propaganda electoral) hacen muy difícil no pensar que la gestión ha sido muy turbia. Pero el imputado y su partido se nos presenta como mártir y traslada la victimización a todo el pueblo; y el pueblo le responde dándole su apoyo, negándose a saber, con enternecedora (que viene de ternera) lealtad. Quizás, tras tantos años, no debiera sorprenderme tanto ... pero es que uno siempre guarda la esperanza de que reaccionemos.
También ha habido sorpresas agradables, aunque hayan sido en la isla de enfrente (felicidades Nanny). CC ha prácticamente desaparecido de Gran Canaria y eso es un golpe durísimo para su supervivencia como partido autonómico. Inmediatamente a los más viscerales de CC se les ha visto el plumero, insinuando otra vez la reivindicación de los insularismos retrógrados. Lo malo es que esa táctica del enfrentamiento funciona muy bien en esta isla, aunque creo que es bastante suicida. Además, difícilmente se puede gobernar sin Gran Canaria, así que ... ¿cederá CC sus ínfulas caciquiles al PP en la isla vecina? Ya veremos.
En resumen, que estoy algo tristón, pero nada serio. Hay signos esperanzadores, sobre todo al comprobar que comienzan a consolidarse asociaciones cívicas dispuestas a marcar a los políticos y socavar la descarada impunidad con que han actuado durante estos años. Empieza nuevo curso político en este archipiélago, y pese a la insuficiencia de los resultados electorales, quiero creer que las cosas irán algo menos mal.
CATEGORÍA: Política y Sociedad
Me quedo con la esperanza porque sino la frustración sería demasiada. Espero que, en las próximas, por fin, Canarias se libre de la coca (incomprensible para mí que siga cosechando tanto voto). Una lástima que López Aguilar se vaya a quedar a las puertas por tan poco (tenía que haber salido más gente a votar, cachis) pero espero que para la próxima todo cambie.
ResponderEliminarMe alegro (y no sabes cuanto) de que, por fin, por fin, ¡qué ganas tenía!. en Las Palmas el PP haya perdido la alcaldía y tampoco comprendo que haya durado tanto. Lástima que Soria siga, de momento, en el Cabildo (veremos qué pasa).
En cuanto al resto del país... No ha sido ahí el único lugar en el que un alcalde imputado o acusado vuelve a ganar (inclsuo arrasando). La táctica del victimismo funciona demasiado bien. Es una lástima.
Ojalá en las generales las cosas sean distintas. (Habrá que cruzar los dedos).
Besos
Particularmente, estoy contenta de los resultados obtenidos en mi pueblessssito de 20.000 habitantes.
ResponderEliminarEs un pueblo con una gran tradición de voto nacionalista y ahora el partido socialista se ha quedado en las puertas de obtener mayoría absoluta.
Creo que notaremos grandes cambios, si más no, en la manera de trabajar.
¿Recuerdas el comentario que puse el otro día de que en esta bendita tierra el voto se entiende como pago de favores o deudas? Comentario oído esta mañana en el autobús entre dos trabajadores del Ayuntamiento (mantenimiento de playas):
ResponderEliminar- ¿Has votado a X?
- ¿Por qué iba a hacerlo? ¿Es que me ha dado algo a mí?
(Estamos hablando de elecciones municipales, no autonómicas)
Pues yo, que finalmente no voté porque creía que estaba todo "ganado" me llevé la sorpresa de ver como mi Alcalde perdía su mayoría absoluta.
ResponderEliminarCreo que fuimos muchos los que como yo nos confiamos.
Ahora le toca pactar con nacionalistas...