Lo bueno, si breve, dos veces bueno
En el inciso introductorio de su último post, Amanda se queja de que sus blogs favoritos están de capa caída y aprovecha para ilustrarnos sobre las características que no soporta en los posts. Una de ellas es la longitud excesiva y este defecto me lo "dedica" como puede comprobarse en el texto que transcribo: "No soporto ... los que tienen posts más largos que un día sin pan –Miros, últimamente el tuyo es para leer en exclusiva… ¿no sabías eso de que lo bueno, si breve, dos veces bueno?"
Respetando la opinión y las fobias de Amanda (esto de las fobias ya salió en un post reciente), no estoy del todo de acuerdo con la veracidad de su afirmación. Mis posts han mantenido una media de longitud más o menos estable a lo largo de los dos años y medio de este blog; no creo que últimamente sean más largos. El tamaño medio de una entrada mía está en torno a las 1.400 palabras (más o menos unos tres folios mecanografiados). A veces, por supuesto, escribo algunos más largos como, sin ir más lejos el anterior a éste, de unas 2.000 palabras. Pero también los hago bastante más cortos, como el antepenúltimo, de apenas 365.
Ciertamente, mi longitud media es mayor que la media (no se entienda que estoy fardando de tamaño); vamos que escribo posts largos, si hemos de tomar como referencia las dimensiones habituales. Soy consciente de que me enrollo demasiado y de que, muchas veces, me entretengo en ejercicios morosos de remoloneo narrativo. Pero es que así me divierto, razón ésta por la que escribo en el blog. Soy consciente de que la longitud excesiva disuade a muchos lectores potenciales, aunque, basándome en el número de comentarios, me da la impresión de que, en mi caso, no hay mucha correlación entre el tamaño del post y el interés por su lectura. Pero, por más que me gustaría que Amanda y otros más no dejaran de leerme, ello no es suficiente para forzarme a acortar algo con lo que me estoy divirtiendo.
Y sí, Amanda, sí conozco la frase que citas de Gracián: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno"; que sigue: "y aun lo malo, si poco, no tan malo". Pertenece a su Oráculo manual y arte de la prudencia (1647), colección de 300 breves consejos (cada uno es un pequeño párrafo) al modo de libro de autoayuda de la época. El párrafo en el que aparece esta famosa sentencia (el 105) cuelga de la máxima "No cansar" y, efectivamente, está sobre todo dirigido al verbo, a la extensión de los discursos. Estoy de acuerdo con la recomendación de don Baltasar: hay que evitar cansar al lector con exceso de palabras. De ello, suscribiría la afirmación de que si algo se puede decir con menos palabras, estará mejor dicho; también que hay que releer para suprimir todo lo que engorda y no alimenta, etcétera, etcétera ...
Sin embargo, no necesariamente lo bueno, si breve, dos veces bueno, por más que la frase sea tan eficaz como slogan arrojadizo. Yo, por el contrario, diría que lo bueno, si largo, mejor; y me vale para la literatura y casi para cualquier cosa (también para el sexo, por cierto). Porque, aunque es verdad que alargar lo bueno es empeorarlo, también lo es acortarlo. Vamos, que cada cosa (un texto, por ejemplo) tiene su justa medida y malo es alterarla en cualquiera de las dos direcciones. Mis posts no son malos porque sean largos; de ser malos (que no lo niego), lo serían porque tienen más longitud de la necesaria, porque podría decir lo mismo que digo con bastantes menos palabras. Ahora bien, cuando termino de escribir un post y lo releo, nunca me parece que tenga palabras innecesarias (las que detecto son suprimidas antes de la publicación). No soy, sin duda, el más adecuado para detectar los excesos de longitud de mis entradas.
Claro que podría ocurrir (es otra hipótesis) que para Amanda (y para muchos lectores) sobrepasar determinada longitud es ya malo en sí mismo, incluso aunque no sobren palabras en el texto para decir lo que se quiere decir. Si así fuera, habríamos de deducir que sólo se debe hablar de asuntos que sea posible tratar en menos de mil palabras, regla que, efectivamente, es una de las básicas de la actual "sociedad de la información": quien no pueda decir lo que tenga que decir en poquísimas palabras, que no diga nada. Lo que pasa es que hay temas que no se pueden ni siquiera plantear en tan poco espacio.
Habré de acabar quejándome a Amanda con la genial frase del chavo del ocho: "es que no me tienen paciencia" porque, mujer, eso de "más largos que un día sin pan" me parece un fisco exagerado. Y no canso más, que tampoco tengo mucho más que decir y así hago caso a Gracián (cuya lectura recomiendo).
Respetando la opinión y las fobias de Amanda (esto de las fobias ya salió en un post reciente), no estoy del todo de acuerdo con la veracidad de su afirmación. Mis posts han mantenido una media de longitud más o menos estable a lo largo de los dos años y medio de este blog; no creo que últimamente sean más largos. El tamaño medio de una entrada mía está en torno a las 1.400 palabras (más o menos unos tres folios mecanografiados). A veces, por supuesto, escribo algunos más largos como, sin ir más lejos el anterior a éste, de unas 2.000 palabras. Pero también los hago bastante más cortos, como el antepenúltimo, de apenas 365.
Ciertamente, mi longitud media es mayor que la media (no se entienda que estoy fardando de tamaño); vamos que escribo posts largos, si hemos de tomar como referencia las dimensiones habituales. Soy consciente de que me enrollo demasiado y de que, muchas veces, me entretengo en ejercicios morosos de remoloneo narrativo. Pero es que así me divierto, razón ésta por la que escribo en el blog. Soy consciente de que la longitud excesiva disuade a muchos lectores potenciales, aunque, basándome en el número de comentarios, me da la impresión de que, en mi caso, no hay mucha correlación entre el tamaño del post y el interés por su lectura. Pero, por más que me gustaría que Amanda y otros más no dejaran de leerme, ello no es suficiente para forzarme a acortar algo con lo que me estoy divirtiendo.
Y sí, Amanda, sí conozco la frase que citas de Gracián: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno"; que sigue: "y aun lo malo, si poco, no tan malo". Pertenece a su Oráculo manual y arte de la prudencia (1647), colección de 300 breves consejos (cada uno es un pequeño párrafo) al modo de libro de autoayuda de la época. El párrafo en el que aparece esta famosa sentencia (el 105) cuelga de la máxima "No cansar" y, efectivamente, está sobre todo dirigido al verbo, a la extensión de los discursos. Estoy de acuerdo con la recomendación de don Baltasar: hay que evitar cansar al lector con exceso de palabras. De ello, suscribiría la afirmación de que si algo se puede decir con menos palabras, estará mejor dicho; también que hay que releer para suprimir todo lo que engorda y no alimenta, etcétera, etcétera ...
Sin embargo, no necesariamente lo bueno, si breve, dos veces bueno, por más que la frase sea tan eficaz como slogan arrojadizo. Yo, por el contrario, diría que lo bueno, si largo, mejor; y me vale para la literatura y casi para cualquier cosa (también para el sexo, por cierto). Porque, aunque es verdad que alargar lo bueno es empeorarlo, también lo es acortarlo. Vamos, que cada cosa (un texto, por ejemplo) tiene su justa medida y malo es alterarla en cualquiera de las dos direcciones. Mis posts no son malos porque sean largos; de ser malos (que no lo niego), lo serían porque tienen más longitud de la necesaria, porque podría decir lo mismo que digo con bastantes menos palabras. Ahora bien, cuando termino de escribir un post y lo releo, nunca me parece que tenga palabras innecesarias (las que detecto son suprimidas antes de la publicación). No soy, sin duda, el más adecuado para detectar los excesos de longitud de mis entradas.
Claro que podría ocurrir (es otra hipótesis) que para Amanda (y para muchos lectores) sobrepasar determinada longitud es ya malo en sí mismo, incluso aunque no sobren palabras en el texto para decir lo que se quiere decir. Si así fuera, habríamos de deducir que sólo se debe hablar de asuntos que sea posible tratar en menos de mil palabras, regla que, efectivamente, es una de las básicas de la actual "sociedad de la información": quien no pueda decir lo que tenga que decir en poquísimas palabras, que no diga nada. Lo que pasa es que hay temas que no se pueden ni siquiera plantear en tan poco espacio.
Habré de acabar quejándome a Amanda con la genial frase del chavo del ocho: "es que no me tienen paciencia" porque, mujer, eso de "más largos que un día sin pan" me parece un fisco exagerado. Y no canso más, que tampoco tengo mucho más que decir y así hago caso a Gracián (cuya lectura recomiendo).
PS: Este post consta de 831 palabras; apenas el 60% de mi media.
CATEGORÍA: Blogs e Internet
El único inconveniente que le veo a la longitud de tus post es que muchas veces no puedo hacer como con otros, leerlos en un huequecito entre una cosa y otra, o durante un recreo. Y muchas veces no encuentro el momento justo para dedicarles el tiempo necesario y se me amontonan.
ResponderEliminarSi el tema me interesa, la longitud me es indiferente. Si el tema o la forma de escribir no me gustan, no soporto ni cuatro líneas.
Por otra parte, yo peco de cierta verborrea, más evidente cuando hablo que cuando escribo. No cuando hablo de cosas sin trascendencia, pero como yo le dé cierta importancia, con tal de asegurarme de que se me comprende bien, hablo demasiado, poniendo demasiados ejemplos, etc. En los post me contengo bastante, resumiendo sobre la marcha, antes de publicar. Y también escribo unos e-mails larguísimos, que podrían ser como las tradicionales cartas de tres folios. En fin, como dijo aquel, cada uno con sus cadaunadas.
Si este post lo lees imaginando que lo escribiste con un tono de ironía la verdad es que está genial.
ResponderEliminarahora bien, si lo escribiste en serio resultas de lo ma´s redicho, ejejejej.
A mi no me parecen largos. Cuando me interesa el tema me lo leo todo y cuando no me interesa dejo de leerlo a eso de las 100 palabras, así que en ese caso poco importa si tiene 300 0 30000.
Un beso
Carmen, elige tú misma el tono con el que crees que lo he escrito. He de admitir (ya me lo han dicho más de una vez) que no termino de hacer que se me note la ironía. Un beso y bienvenida.
ResponderEliminarPues yo, como la mayoría, cuando un post me gusta y me entretiene me importa poco que sea más largo que un día sin pan.
ResponderEliminarMe resulta curioso esto de "criticar", como si de un casting se tratase, las características de un blog personal que uno lee (o no) por decisión propia.
De todos modos creo que si además de acortar los post, les dieses un tono más desenfadado, una temática más constante, un formato más ligero, un enfoque más personal, una semántica más cachonda y usases una plantilla verde, seguro que conseguías muchos más adeptos.
Pero entonces ya no serías tú.
Un beso.
Yo me he quedado pillada en lo de que tu "longitud media es mayor que la media".... Deberías recomendarme un psicólogo (varón y argentino por favor). Bueno y también hacer algún post con la categoría "sexo" (que desde febrero nos tienes a pan y agua).
ResponderEliminarPor lo demás no opino, ya Raquel ha estado (como siempre la muy joía) más que acertada.
Muás
jajajaja, que buenooooooooooo
ResponderEliminarNi breve ni extenso. La calidad no tiene que ver con la extensión, son variables independientes, pero lo que está claro es que cada asunto y tratamiento tienen su extensión optima: un "hayku" de tres versos y 17 sílabas o un novelón de 700 páginas. Dado tu estilo y tratamiento, Miroslav, creo que has dado con la extensión adecuada.
ResponderEliminarY cuidadito con tus comentaristas, algunas son muy pero que muy malvadas, y ya lo decía una rubia muy lista: "cuando soy buena, soy muy buena, pero, cuando soy mala...soy muchísimo mejor."
¡Pues, Señor, este post tan corto me ha sabido a poco!
ResponderEliminarNo, en serio, aunque Gracián tenga razón, creo que cada cual tiene su estilo, y el tuyo es extenso y prolijo. Los que te leemos es porque te aceptamos así y nos interesa lo que dices, y cómo lo dices. El que se canse antes del final o "le estorbe lo negro", pues él se lo pierde. Que se vaya a un blog de esos que tienen más imágenes que letras, como el mío, últimamente.
Que bastante envidio yo a los que sabéis exponer, desarrollar y argumentar con tanta facilidad y tanta extensión. Yo creo que escribo posts mas cortitos por pereza o falta de tiempo. Y ya no digo más, que me he cansado.
Querido Miros:
ResponderEliminarSiempre estarás entre mis favoritos, sean tus posts lo largos que sean y los tediosos que puedan llegar a resultarme a mí particularme, esencialmente cuando hablan de historia o de urbanismo (eso no es una crítica: es una mera opinión.) No soy la única que opina que tus posts son largos para denominarlos parte de un blog, que no dejan de ser lecturas muy ligeras con las que hacerse entre expediente y expediente.
Pero son excelentes. Y si formasen parte de un libro, creéme que yo lo compraría y añadiría a mi lista de lecturas contundentes.
Te pido mis disculpas si te has sentido atacado por mi comentario, escrito como un guiño cómplice hacia ti: lamentablemente, no siento que entre tú y yo exista complicidad alguna, no nos entendemos (y eso que me pareces brutalmente atractivo e interesante.)
Así que visto que no hablo correctamente tu idioma, y volviendo a lamentar el haberte sentido atacado, voy a borrar la parte del comentario que te concierne, de acuerdo?
Un beso.
Querida Amanda:
ResponderEliminarEfectivamente, no nos entendemos (pese a mi brutal atractivo; el análisis del adjetivo me daría para un post). Te aclaro: no me he sentido en absoluto atacado por tu opinión y me consta que si la has puesto por escrito públicamente es porque te gusta leerme y no te caigo mal. Además, que mis posts son largos es algo que ya me habían dicho; así que lo que he hecho ha sido aprovechar tu comentario público para dar mi opinión al respecto; con la ventaja que, al citar a Gracián, me has facilitado el título del post.
Así que, por favor, no borres nada de tu post o, al menos, no lo hagas bajo la errónea creencia de que me has molestado. Como ya le he dicho a Carmen, no se me pilla demasiado el tono de mis escritos y, tú por ejemplo, como ya me has dicho alguna vez, crees que carezco de sentido del humor. A lo mejor es, como insinuas, que nos movemos en registros diferentes del lenguaje. Un beso.
!Qué lata de comentarios tan largos! ! a ver si aprendemos del autor del blog y acortamos un poquito nenas!
ResponderEliminarBrevedad, laconismo.
ResponderEliminarPachi, típico vasco de pocas palabras, vuelve de misa; su madre le pregunta:
-¿Qué tal la misa?
-Bien.
-¿De qué habló el señor cura?
-Del pecado.
-Pero, ¡qué dijo?
-Que no es partidario.
Lo del brutal atractivo es fácil de entender: todo lo inteligente me parece atractivo, y tú lo eres.
ResponderEliminarOtra cosa es que mi registro humorístico sea más liviano, y el tuyo más sarcástico. Como no nos vamos a casar, tampoco importa que los registros difieran, o que tú y yo no tengamos complicidad alguna. Escribiste en un comentario que no me hacías a mí como detractora del tantrismo, por ejemplo. Verás, yo soy una persona que gusta de lo rápido y lo inmediato, no pienso en términos futuros ni me gusta detenerme en espacios ni en tiempos. Siempre me han definido como alguien que trabaja exclusivamente por objetivos, nunca por procesos.
Así que imagina qué desesperación supone para mí estar recreándome horas en el sexo sin obtener el ansiado premio. Pues con tus posts me pasa más o menos lo mismo: tus palabras son bellas pero pocas veces llegan a un resultado.
De ahí que pueda preferir algo más breve que me aporte alguna conclusión.
No obstante, la inteligencia me atrae, ya lo he dicho, y mientras sigas escribiendo cosas inteligentes, yo seguiré leyendo, por el mero placer de la lectura. Que no me guste el tantrismo no quiere decir que no lo practique.
amanda, creo, debe ser una suerte de ejecutiva (¿agresiva?); sólo así se entiende eso (para mí, lamentable cultureta de eficiencia) de trabajar por objetivos: ¿pintar Las meninas?) no por procesos (¿ponerse a pintar las meninas?). Quizá un colibrí tecnocrático, rápido y aturullado.
ResponderEliminar¡Qué suerte, tener un objetivo (aunque no sea más que uno) y saber llegar a él! Ya me gustaría a mi, y sobre todo a mi jefa, que yo trabajase por objetivos. Incluso es posible que se conformase con que trabajara. Te admiro, Amanda.
ResponderEliminarY concuerdo contigo, el atractivo de este chico es brutal, en el mejor sentido de la palabra. A ver por qué estamos aquí todas, si no.
(lo siento, Lanski, no se qué haces aquí)
Pues yo prefiero el proceso. Y hasta la anticipación...
ResponderEliminarJoven, qué éxito escribir largo y ¿tendido?
Besos
Pues soy psicóloga clínica, y desde luego si no trabajase por objetivos, teniendo en cuenta que mi especialidad es la intervención en intentos de suicidios, las consecuencias serían mortalmente nefastas.
ResponderEliminarPor supuesto existe un proceso de transcendental importancia, pero si dirigiese mis conocimientos y mis técnicas a él, no lograría el objetivo. O dicho de otro modo, sin objetivo cumplido, el proceso se hace inútil, erróneo y perjudicial.
En mi profesión el trabajador por procesos disfruta enormemente de la terapia. Yo sólo disfruto del objetivo de conseguir una sonrisa ante la vida. De ejecutivos o del mundo empresarial, honestamente, no sé nada.
Bueno, después de leer lo acojonante que le resultaba a Panciutti el silencio, no es tan raro que sea tan meticuloso por no dejarse detalle perdido.
ResponderEliminarEn fin, palabras más, palabras menos, parece que os gustais. Menos mal que escribir en un blog es más barato que hablar por el móbil. Así que nada: aprovechadlo.
:)
pues lo de dilatar la obtencion de resultados en el tantra se aplica solo para el hombre... la mujer puede tener todos los resultados que ella quiera, rapidos, menos rapidos, varios simultaneamente ... en fin...
ResponderEliminarme has alegrado la tarde con el video del Chavo, un humor sano y sutil,
un beso grande,
Ahora que se lo que haces, si que te admiro, Amanda, en serio.
ResponderEliminarQue si que se te nota la ironía, Miroslav, aunque a veces no estemos muy espabilados para captarla, en general se te nota.
El Cavo del ocho era uno de mis idolos. Otra cosa que nos ha quitado la vida. O la tele.
Amén.
ResponderEliminarA Gracián le habría gustado este post, y seguro que a Montaigne también.
Yo la única "pega" por así decir que pongo a tus posts es que tengo que leerlos bien despierta porque entran en profundidades que precisan de una mente alerta porque, sino, te pierdes por completo. Por lo demás, lo de largo o corto depende de lo que te guste el tema.
ResponderEliminarVamos, que a mí algunos se me quedan cortos y otros se me hacen largos pero eso depende de mis gustos y nada más.
Por lo demás, estoy totalmente de acuerdo con el comentario de Raquel ;)
Besos
Por cierto: a mí la frase de Gracián siempre me ha parecido una memez, con perdón ;)
ResponderEliminarBesos