lunes, 27 de marzo de 2006

Miroslav Panciutti. Primeros apuntes biográficos

Mi padre nació en 1925 en Fasano, un pueblo en la costa adriática de la Italia meridional, a pocos kilómetros al sur de Bari, en la Puglia. Sé poco de su infancia. En realidad sé poco de él, de cualquier aspecto de su vida. Se llamaba Ivo, Ivo Panciutti.

En 1943 Ivo está en la Herzegovina, con los partisanos de Tito. Participa en una de las campañas más importantes de ese año, y cae herido. Sus compañeros, de retirada, le dejan escondido en una pequeña aldea. Allí conoce a una joven morena de grandes ojos verdes: Jelica. Romanticismo en tiempos de guerra: demasiado visto en el cine.

Ivo se recupera de sus heridas y no vuelve a la guerrilla partisana. Jelica alguna vez me contó que compañeros suyos pasaron a reclamarlo durante y después de la guerra. Él prefirió permanecer tranquilo, ajeno al fervor de aquellos años de batallas militares y políticas después. No le hubiera costado demasiado obtener ventajas en el nuevo Estado socialista (Jelica dixit), pero no fue así. En los primeros años de 1946 la pareja se muda a Mostar.

En esta ciudad nacen los cuatro hijos yugoeslavos de Ivo. Tres chicas (1946, 1948 y 1949) y un chico (1951). En 1955, Panciutti viaja a Italia y no vuelve. Borra de golpe 12 años de convivencia y una familia. Jelica nunca supo explicarse las razones. Había marchado para ver a su madre enferma. Pero ya por entonces en Fasano no vivía ningún Panciutti.

A partir de aquí los datos sobre mi padre provienen de Carmen, mi madre. En 1957 vive en Roma con sus padres, republicanos españoles exiliados. Tiene 24 años y ganas incontenibles de escapar de su casa. Conoce a Ivo en una reunión del PCI. Era un hombre alto y flaco, de ojos verdes tristes y arrugas profundas en la frente; pese a su juventud estaba casi completamente calvo. Carmen se enamora de Ivo; Ivo nunca estuvo enamorado de Carmen (eso me dijo ella), pero se dejó querer.

Yo nazco en 1959, a principios de Agosto, en Perugia. Cuando Carmen se descubrió embarazada encontró la razón que buscaba para dejar a su familia. Imagino (conociéndola) que cogió de la mano a Ivo y lo arrastró a un nuevo domicilio. Mi padre nunca debió decidir mucho sobre nosotros. Pero me impuso un nombre yugoslavo, el mismo de mi hermano de Mostar, aunque esto lo supe muchos años más tarde.

En 1965, al igual que hizo 10 años antes, Ivo desaparece. Sin embargo, esta vez su mujer sí sabe los motivos pero no me los dirá hasta que confirmó la muerte de mi padre; y eso ocurrió treinta años después. Yo tenía 6 años, era un niñito tímido y rubio, que pasaba largos ratos solo. En realidad no recuerdo demasiado de esa infancia italiana, ya tan lejana.

Pocos meses después de la marcha de mi padre, en septiembre de 1965, viajamos a Madrid y allí viviríamos durante los siguientes veinte años.

Interrumpo aquí estos apuntes biográficos de Miroslav Panciutti. Hay muchos acontecimientos hasta hoy: ya se irán contando. Se trata de matar a Miroslav Panciutti aunque, por supuesto, Miroslav Panciutti no existe.

CATEGORÍA: Personas y personajes
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1 comentario:

  1. Pobre Miroslav. Yo conocí a dos Miroslav reales. Uno de ellos era crítico literario y musical, serbio, melancólico, inteligente, pero resignado ante la locura reinante, no intentaba escapar ni hacer nada para cambiar lo que le molestaba. Algo cansado. Creo que he entrevistado a algún Miroslav escritor, pero en este momento se me va de la memoria... Es un nombre que me gusta, poero yo siempre lo asocio a Serbia.

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